Después de cuatro temporadas con más bajos que altos, Pione Sisto se marcha traspasado al Midtjylland por una cantidad cercana a los 3 millones de euros, además de un porcentaje en una futura venta del jugador.  Regresa así al club del que provenía en busca de más oportunidades y, sobre todo, asentar un poco más su cabeza, sus ideas y su vida.

El danés recaló en Vigo hace ya cuatro temporadas, en el mercado estival de 2016. Se convertía así en una de las grandes perlas del club vigués, ya que, con tan sólo 21 años, firmó un excelente curso en un Celta que jugaba competiciones europeas. Anotó 6 goles y repartió 3 asistencias, aunque su potencial pasador todavía estaría por explotar.

A la temporada siguiente, Pione dio un total de 9 asistencias en las primeras jornadas del campeonato local, llegando a ser el máximo asistente de las grandes ligas europeas durante un tiempo, por encima de jugadores como Kevin de Bruyne o Leo Messi. Una gran actuación que le sirvió para disputar un torneo que supondría cosas buenas y malas al mismo tiempo: el Mundial de Rusia 2018.

Sisto en Balaídos. | Foto: RC Celta.
Sisto en Balaídos. | Foto: RC Celta.

Tras la competición intercontinental, Pione fue un foco de críticas en Dinamarca, país cuya selección nacional había defendido. Sisto, a sus 23 años, no supo encajar los reproches y entró en una profunda depresión que cambió su vida por completo.

A partir de ahí, el danés no volvió a ser el mismo en el campo. Perdió la confianza de los entrenadores y de parte de la afición, y comenzaron las aventuras de Pione. Empezó con una especie de “reto”, cuando intentó alimentarse durante 21 días tan solo de fruta, lo que a leguas es algo imposible para un deportista de élite, pero que el bueno de Sisto tardó en darse cuenta algún tiempo más tarde que los demás. Después, comenzó a compartir en sus redes sociales fotos de una mucosa con algunas frases filosóficas, atribuyéndolo a que estaba “depurando su cuerpo”.

Esta última temporada comenzó sin contar para los planes de Escribá, pero con la llegada de Òscar García al banquillo, el extremo tuvo más oportunidades. Tuvo algún momento destacado dentro del campo, pero seguía a años luz de aquel futbolista que había llegado a Vigo con ganas de comerse el mundo. Además, protagonizó sus peripecias más recientes, escapándose a Dinamarca en coche en pleno confinamiento y negándose a realizar las pruebas PCR al regresar.

Su último gol con la celeste fue ante el Sevilla FC, anotando el tanto que supuso la victoria en el minuto 91 tras entrar de recambio en la segunda parte. Un gol que acabaría siendo clave para la permanencia en Primera División del Real Club Celta de Vigo.

Pione Sisto regresa al club que lo vio crecer por la mitad de dinero que pagó el Celta por él hace cuatro años. Cuatro años de historias, goles, bailes, celebraciones y desilusiones que lo han llevado de vuelta a su país. A sus 25 años, quién sabe si el fútbol todavía tiene preparadas grandes noches para el bueno de Pione.