Brotes verdes en un decepcionante Real Valladolid 

El Pucela llega a este parón de selecciones en puestos de descenso, con pésimos resultados y sensaciones, pero con una victoria en el último partido que da confianza.

Brotes verdes en
un decepcionante Real Valladolid 
Fuente: realvalladolid.es
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Por Alejandro de Paz Berrocal

Llegado este parón de selecciones tras 9 jornadas, es momento de evaluar este primer capítulo de la temporada. En el caso de Real Valladolid, han sido unos meses de los que aprender, sacar conclusiones y cambiar de dinámica. Los fichajes ilusionaban y el equipo parecía ser mejor que el del año pasado. Sin embargo, la solidez defensiva que salvó al equipo en las últimas dos temporadas, esta vez no ha estado presente, y el ataque ha seguido siendo improductivo. Todo ello combinado ha llevado al equipo a ser de los menos competitivos de las grandes ligas europeas, pero aún quedan muchos meses por delante y queda mucho que decir.

La temporada empezó con el enfrentamiento ante la Real Sociedad, que llegaba con muchas bajas, y el Real Valladolid consiguió un punto contra un rival que a día de hoy es líder. Incluso pudo llevarse la victoria si no hubiera sido por un fallo de Jordi Masip que concedió el empate. En la segunda jornada ya empezaron a verse más problemas. Derrota por 2-0 en el Villamarín en un partido en el que los béticos fueron muy superiores y el Real Valladolid no tuvo ningún tipo de reacción. Empezaba a preocupar a la afición, pero las cosas empeorarían.

En la tercera jornada, recibiendo al Celta, las sensaciones fueron mejores, dominando el partido. Pese a ello, el Celta se adelantó en un error puntual y el Pucela solo pudo rascar un empate gracias a un penalti. Una vez más, fallos en defensa y un ataque ineficaz fueron los protagonistas del equipo. En la siguiente jornada tendrían que visitar al Real Madrid, equipo siempre difícil. Aun así, fue un partido competido y luchado en el que pudieron merecer algo más, pero se llevaron una derrota por 1-0 por un gol de Vinicius con algo de fortuna. Una vez más, el partido fue disputado, pero sin resultados positivos.

Si se luchó contra todo un Real Madrid, contra el Eibar en la quinta jornada y sin haber ganado ningún partido aún, había que llevarse los tres puntos. En otro día más para olvidar, el Pucela empezó encajando pero empatando antes del descanso. Ya en la segunda parte, pese a la expulsión de un rival, un gol en el 90 les dejó sin puntos. El pesimismo era evidente y entendible, al llevar cinco jornadas, sin ninguna victoria y sin aprovechar las oportunidades que se tenían. De nuevo, sin efectividad en ataque y con fallos defensivos. Tras este partido, el Real Valladolid ya era colista en LaLiga, con dos puntos en cinco jornadas. La afición empezaba a dudar seriamente de Sergio González, quien parecía ser la persona adecuada para dirigir al equipo desde que consiguió el ascenso. Pero la mala racha no había llegado a su fin.

En la sexta jornada, en su visita a Huesca, el Real Valladolid se puso con una ventaja de dos goles. Cinco minutos más tarde, les habían empatado. Sufrir estas remontadas nunca es fácil moralmente. Un equipo decaído, que seguía sin ganar y hundidos en los puestos de descenso. Pero aún es pronto y queda mucho por delante. El partido frente al Alavés, rival que parecía ser más asequible, ya se vio condicionado por la expulsión de Nacho a los 20 minutos, lo que dejó en superioridad al equipo vitoriano, y acabó imponiéndose por 0-2. Una vez más, el Real Valladolid volvía a ser último en la clasificación. Sergio González no encontraba solución a esta defensa que no dejaba ninguna portería a cero, y en ataque seguían siendo el equipo menos goleador de la categoría.

Octava jornada y las cosas no harían más que empeorar. Contra el Villarreal, más goles en contra y mismos resultados nulos en ataque. La directiva mostró su apoyo al técnico, muy atacado y criticado por la afición blanquivioleta, y cada vez más. El apoyo de la directiva se tradujo en trabajo y esfuerzo por cambiar las cosas, y los buenos resultados llegaron ante el Athletic Club. Tras ocho partidos sin celebrar una victoria, lo pudieron hacer en el José Zorrilla, por 2-1. Ya no se encuentran últimos, pese a seguir en puestos de descenso, y hay mucho camino por delante y muchas cosas por hacer y cambiar si quieren revertir la situación. Una victoria, y más en estos momentos, siempre da ánimos y esperanza, la cual necesitarán el resto del año para mejorar los resultados.

Largo camino por recorrer

Como ya se ha dicho, es pronto para hablar con 29 jornadas por delante y muchos puntos por disputar. La solidez defensiva dio pequeños brotes verdes en este último encuentro, y las ocasiones en ataque se aprovecharon para poder abrir camino hacia la primera victoria. Falta que Sergio apueste por los fichajes que han llegado y que menos oportunidades han tenido, para poder demostrar que existe ese potencial y calidad individual en el equipo que tanto se ha echado de menos. Con las bajas, el equipo ha perdido esa unión que tenían y que les hacía más fuertes, y es hora de que se vuelva a formar ese sentimiento de equipo que tan importante ha sido estos años, pese a la falta de calidad individual que pueda tener con respecto a otros equipos.

Una plaga de lesiones también ha azotado al equipo, y ya empiezan a recuperarse para poder seguir aportando al equipo. El próximo objetivo es el Granada tras el parón de selecciones. Será una prueba de fuego para Sergio y sus muchachos, que tendrán que demostrar que el partido ante el Athletic no fue una excepción y que son capaces de luchar y salir de esta mala racha de resultados que ha llegado a ser muy preocupante.