El pasado jueves 8 de julio, el Real Club Deportivo de La Coruña notificó a todos sus empleados, a través de un escrito firmado por el director general David Villasuso, el comienzo de los trámites para el inicio de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) con el objetivo de sanear las cuentas y librarse de las fichas más altas e inasumibles de cara a la próxima temporada. 

En esta carta, el conjunto blanquiazul explica que esta medida se ha tomado debido a “la grave crisis económica del club que exige una reestructuración de la plantilla”. En la última junta general de accionistas, Antonio Couceiro, actual presidente del club, ya recalcó que se habían producido unas pérdidas de 9 millones de € entre ingresos y gastos, y que, por tanto, «el esfuerzo económico de esta temporada no se puede mantener». 

El Dépor con este comunicado ha establecido que sus trabajadores tienen «un plazo máximo de quince días para que procedan a designar por mayoría una comisión representativa que participe en el período de consultas del citado expediente de regulación de empleo». Actualmente el club tiene 33 futbolistas profesionales en la plantilla y 58 trabajadores, así pues este comité tendrá que ser proporcional a los menos de 100 trabajadores actuales. 

El conjunto blanquiazul procederá a gestionar con este comité representativo las operaciones pertinentes para reestructurar la plantilla, tal y como se establece en el Estatuto de los Trabajadores. Si finalmente se efectúan los despidos, el Dépor se podrá ajustar a la indemnización de 20 días por año trabajado por despido colectivo en lugar de los 60 días mínimos y los años de contrato que les restan como máximo que establece la norma especial recogida para deportistas en el Real Decreto 1006/1985 sobre los despidos improcedentes.

Aunque todo apunta a que podría no darse la situación de tener que realizar despidos colectivos, ya que desde su anuncio han acordado la rescisión de su contrato ya tres jugadores de los presumiblemente mejor pagados (primero fue Éneko Bóveda y tras él acordaron su marcha Borja Galán y Claudio Beauvue) y otros como Héctor Hernández han renegociado su contrato para poder quedarse. Todo dependerá del acuerdo al que se llegue en la reunión con la comisión, que debe estar formada en los próximos 3 días.

Se deduce que los que más posibilidades podrían tener de ser los siguientes en abandonar el barco o de verse afectados por el ERE, debido a su elevado salario, son Diego Rolán, Fede Cartabia, Uche Agbo y Celso Borges.

Keko Gontán, con contrato hasta 2024, también podría ser uno de los afectados por la situación, pero parece que el club quiere retenerlo e intentará negociar con él para que se pueda quedar y ser la pieza clave para el ascenso que esperan que sea.

Hay que destacar que esta situación no impide al club realizar nuevos fichajes, siempre y cuando sigan siendo a coste cero y con un salario acorde a la categoría, y que, por tanto, ninguno de los doce fichajes realizados hasta ahora se verían afectados por el ERE.

Otros equipos como el Málaga CF o el Racing de Santander ya tuvieron que tomar esta medida. En el caso del equipo andaluz el asunto se zanjó con ocho despidos (Juanpi, Luis Hernández, Pacheco, Rolón, Renato, Diego González, Boulahroud y Cecchini) y la reducción de salario de David Lombán. En el Racing primero se barajó el despido de 4 de sus futbolistas en 2012 y el año pasado volvieron a sondear la posibilidad de tramitar un ERTE.