En 2013 vimos siete goles en un Atlético-Getafe, los locales se impusieron por 7-0. Hoy volvió a pasar lo primero, pero fue un 4-3 histórico que acreditó la enésima remontada de un equipo que es un flan en defensa, pero que tiene un espíritu de lucha digno de ser estudiado en las escuelas. El Atleti falló un penalti, pasó de un 2-0 a favor a un 2-3 en contra, empató antes del descanso, jugó desde el minuto 60 con uno menos y remontó en el 90'. Acertar esto en las casas de apuestas es una utopía, ni lo intenten. Cualquier parecido con la realidad es casual. 

Quique Sánchez Flores se llevó la ovación del Metropolitano, recuerdos de otro tiempo. Llegaban dos equipos con una forma de entender el fútbol parecida en su base. El Getafe conocido por su fortín defensivo y los del Cholo, que presumían de lo mismo en épocas pasadas, con un agujero en la puerta de atrás. El desarrollo de la primera mitad fue loco. En términos ofensivos, los rojiblancos atacaron con velocidad, pero una vez más el rival se aprovechó de una debilidad defensiva que empieza a ser marca de la casa. Ni con un 2-0 puede estar tranquilo el aficionado colchonero. Qué manera de subir y bajar de las nubes, lo de esta temporada es para escribir un libro.

El Atleti arrancó con la cara cambiada. Un par de tiros libres tirados por Oscar Rodríguez marcaron los primeros cinco minutos. Una imagen con mayor fortaleza defensiva del Atleti dio paso a un penalti sobre Suárez -que paró Soria- y el inicio de un derbi en el cual el Getafe iba a reclamar varias acciones al árbitro. Ya en el minuto 20 le llegó al uruguayo un balón en el área, remató, el balón llegó a la cabeza de Djené con Cunha tocándole la espalda en el salto y apareció por allí Correa para cazar el primer gol.

Primera jugada polémica por posible fuera de juego de Luis Suárez y por falta de Cunha. El VAR decretó que no había nada. En el 27 una gran jugada colectiva del Atleti acabó en un remate de Cunha en boca de gol y el 2-0. Pero iba a durar poco la alegría y la defensa del Atleti sucumbió una vez más. A los tres minutos marcó Mayoral solo frente a Oblak. En el 37’ Cunha la tocó con la mano en el área y en el 42’ Lemar hizo lo mismo. Dos penaltis, otros dos goles del Getafe. Los visitantes llevaban doce años sin ver puerta en campo colchonero y se desquitaron por todo lo alto. La remontada parecía dar por finalizada la primera mitad, pero volvió a aparecer un Ángel -de apellido Correa- en el área para rematar un centro de Lemar y empatar en el descuento. Primera parte loca, partido de Play Station.

Como cabía esperar, el partido bajó el ritmo tras el descanso. El dominio se repartió, pero con poca incidencia ofensiva por ambas partes. Hasta que en el 58’ Felipe alzó la pierna en una contra del Getafe y le puso los tacos en el brazo al delantero. La expulsión fue clara. Hermoso entró por Suárez para ayudar atrás. A partir de ahí, el Atlético cedió la iniciativa del encuentro a los de Sánchez Flores y se dedicó a defender, con la suerte de que estos no están acostumbrados a jugar ese rol. Y así pasaron los minutos, con un Getafe que movía el cuero en campo contrario, pero sin generar demasiadas ocasiones. El punto de inflexión fue la entrada de Vrsaljko, De Paul y Joao Félix que dieron algo más de aire a la defensa y la creatividad necesaria para atacar mínimamente.

Al duelo aún le quedaba algo de surrealismo, el Wanda pedía más al equipo y De Paul tomó la batuta de la orquesta en una falta desde el costado derecho y colgó el balón al área. El esférico quedó muerto y apareció el mismo que ante el Valencia: Hermoso, que de chilena marcó el cuarto para desatar la locura en el templo rojiblanco. No hace falta decir más. Motivos de un sentimiento que no se puede explicar.