El extremo es una especie en peligro de extinción. El extremo de verdad. El que sigue jugando como si estuviera en las calles, o en el patio de un colegio, con sus amigos. El que a veces le sobran tres toques, pero para él nunca sobran. El que vive para regatear y sonreír a medida que deja atrás a defensores. Eso es Abde. Un extremo de los que ya no quedan, y de los que hay que proteger a toda costa. 

Su salida de Barcelona no genera mucho debate. Xavi se encontró ante una plantilla con posiciones dobladas y jugadores que, a priori, iban a tener más protagonismo que el marroquí. Ni Xavi, ni Laporta, ni Mateu, podían privar al aficionado de disfrutar de un talento tan divertido como es Abde. Y pocas opciones mejor que el Osasuna de Jagoba Arrasate para seguir su crecimiento. Un entrenadorazo como la copa de un pino, un proyecto asentado en La Liga y, por si fuera poco, una propuesta valiente donde puede sacar a relucir todas sus virtudes.

“Estoy contento con él porque ha asimilado muy bien lo que necesitamos. Está siendo determinante en varias cosas, tiene uno contra uno, asiste, finaliza, guarda el balón, defiende… ha venido a ser importante”. – Jagoba Arrasate

Enfrentarte a Abde es saber que vas a meterte en una bañera con una piraña. En cualquier momento, te puede destrozar. Su regate no necesita más florituras que la de dejarte mirando como se va. Y las estadísticas están ahí. Es el jugador que más regates completa por partido (4,44), el que más toques realiza dentro del área rival (8,75), y el que más jugadores deja en el camino cuando intentan hacerle un ‘tackle (2,66). Más allá de los números, está creciendo a pasos agigantados en facetas que podían limitarle para encajar en el sistema de Xavi. Cada vez interpreta mejor qué necesita la jugada de él, y ese creo que debe ser su principal aspecto por mejorar. Cada vez quedan menos extremos con desborde, capaces de levantarte del asiento. Que además de eso tengan una buena toma de decisiones para entender cuándo lanzar al equipo, cuándo jugar un uno contra uno, o cuándo soltar el balón, muy pocos. Y justo eso es lo que se pretende que sea. Porque su techo va más allá. Y por otro lado, estamos descubriendo un Abde muy activo en acciones defensivas, sobre todo en la activación tras pérdida, regalándole a los suyos varias presiones exitosas cada partido, cuando Arrasate planta el bloque alto.

Tchouaméni y Abde en el Real Madrid - Osasuna | Foto: CA Osasuna - Vía: Twitter.
Tchouaméni y Abde en el Real Madrid - Osasuna | Foto: CA Osasuna - Vía: Twitter.

El regate es una de las acciones más sobrevaloradas del fútbol. Y lo digo al mismo tiempo que confieso que es la acción que más me hace disfrutar. Creo que es importante diferenciar entre el regate que produce espectáculo, y el regate que produce un gol. Porque no es lo mismo, y a la vez cuentan igual para las estadísticas. Y porque ambas pueden producirte una sensación de placer similar, cuando la diferencia es abismal. Abde tiene la virtud de convertir sus filigranas en ventajas. Siempre. No regatea porque le guste adornarse, regatea porque vive de esquivar a defensores para meter el balón en el área. Por eso, Jagoba debe sentirse bendecido de poder contar con él cada fin de semana.

Las alarmas no han tardado en encenderse, y la incertidumbre se ha adueñado de la afición culer al plantearse su futuro. Las dudas sobre el estado físico de Ansu Fati, una posible salida de Memphis, o la mala racha que atraviesa el bueno de Ferran Torres, abren un abanico de posibilidades entre los que Abde es una opción. Y es lógico que lo sea. Porque está capacitado para ello, y porque se lo ha merecido con un comportamiento ejemplar desde que llegó a Can Barça. No sé si será su última temporada lejos del Camp Nou. Lo que sí que tengo claro es que, si no es la última, está cerca.