Celta y Barcelona se vuelven a ver las caras después de la goleada que le metió el club vigués a los catalanes la temporada pasada. La principal baja para el encuentro es la del argentino Lionel Messi, y que lo podría sustituir Rafinha Alcántara.

El hijo de Mazinho estuvo en el Celta de Vigo en la temporada 2013-2014, cedido por el club blaugrana gracias a la presión de Luis Enrique para que recalara en Vigo. Tras tramitar la cesión, el brasileño fue presentado en Balaídos el 15 de julio de 2013 ante unos 4000 aficionados. Junto con Nolito, fue uno de los fichajes más importantes e ilusionantes para el celtismo.

El inicio de la temporada para Rafinha no fue muy bueno, alternaba titularidades con partidos en el banquillo, pero con el paso de los encuentros, empezó a coger peso en el equipo, pero no tenía una posición fija, pues Luis Enrique lo ponía de interior o de extremo, cambiándose de posición con el excéltico Augusto Fernández.

Debutó con el club olívico el 19 de agosto en Balaídos en el empate a dos contra el Espanyol. Dos jornadas después, contra el Granada, es titular por primera vez y consigue estrenarse como goleador. En toda la Liga disputó 2434 minutos repartidos en 32 partidos, en los cuales salió 27 como titular y jugó completamente los 90 minutos en 20 ocasiones. En toda la Liga consiguió marcar cuatro goles y dar seis asistencias. Recibió siete tarjetas amarillas y ninguna roja. Uno de los partidos en los que destacó el hijo menor de Mazinho fue el disputado en Anoeta contra la Real Sociedad, donde consiguió hacer un doblete.

Rafinha siempre será recordado en Balaídos por su increíble calidad, genialidad, la conducción de balón, la capacidad de dejar sentados a los rivales, y, sobre todo, su sacrificio en el terreno de juego.