Ambos clubes son diferentes en prácticamente todo, presente, aspiraciones, presupuesto y nóminas. Aun así, eso no es obstáculo para que el derbi catalán sea uno de los partidos más atractivos de La Liga.

El de este fin de semana, tendrá un valor agregado: los de Quique Sánchez Flores podrían terminar echando por tierra todos los esfuerzos del Barça para quitarle el campeonato al Real Madrid. Los culés saben que, tras la agónica victoria en el Clásico, ya no habrá margen de error. No dependen de sí mismos y para conseguir su tercera Liga consecutiva deberán sumar todo lo que queda.

La fecha 35 será, sin duda alguna, definitiva. El Cornellà-El Prat se anticipa como un escenario hostil, en el que el cuadro blanquiazul se dejará la vida, para no dejar al Barcelona sumar de a tres. Ya fue así en el último derbi de Liga, jugado en territorio 'perico', cuando fuimos testigos de un encuentro trabado, de alto roce y en el que el Espanyol maniató al Barça, consiguiendo dejar su arco en cero.

En su momento, ese partido dejó un mal sabor de boca, pero no supuso un peligro para que el equipo blaugrana diera la vuelta olímpica. Sin embargo, este sábado las cosas serán diferentes, los de Luis Enrique llegarán con una consigna clara: prohibido fallar. Una igualdad similar a la de hace 15 meses los dejaría K.O. de cara a las últimas tres jornadas.

Si se toman los antecedentes inmediatos, los azulgranas tendrían de poco para preocuparse. No caen ante el Espanyol desde hace diez años y en sus últimas cuatro visitas a Cornellà han encajado tan sólo un gol. De todas formas, como dicta la vieja máxima de deporte, las estadísticas nacieron para romperse. Calidad culé, contra garra 'perica'. Sólo una se impondrá sobre el césped.