El Club Deportivo Leganés, en sus noventa años de historia, ha pasado por muchas etapas. En sus comienzos, con unos colores totalmente distintos a los actuales (vistieron de azulgrana en su creación, pasando por el verde hasta llegar al blanquiazul), el equipo madrileño competía en categorías semiprofesionales. El crecimiento de la ciudad hizo que el club mejorara económicamente y se planteara nuevos retos. A finales de los años ochenta, después de pasar varias temporadas entre Tercera y Segunda B, el objetivo era dar un paso más. De la mano de Luis Ángel Duque el sueño se hacía realidad en la 1992/93. El Leganés conseguía llegar a Segunda División 65 años después. Diez años de altibajos y cambios, con la inauguración de Butarque de por medio, acabaron con el descenso de los pepineros a la categoría de bronce. Y entonces llegó Garitano.
El técnico nacido en Vergara ha dicho en más de una ocasión que uno de los momentos más importantes en la historia del club ha sido el paso de Segunda B a Segunda en la temporada 2013/14. Y es que está claro que ese fue el comienzo de un cuento maravilloso que los aficionados pepineros no quieren dejar de leer, y parece que muchas páginas quedan por escribirse aún.
Hace casi un mes que el Leganés eliminó al Real Madrid de la Copa del Rey. El remate de cabeza de Gabriel, que supondría el 1-2 final en el marcador, era tan solo una pequeña muestra de todo lo que había detrás. Crecimiento a base de trabajo, lucha, esfuerzo, valentía, con una idea de equipo, eran los principales pilares en los que se asentaba el triunfo del Leganés, que constataba el crecimiento de un equipo humilde, con uno de los presupuestos más bajos de la categoría, capaz de eliminar a doble partido al vigente campeón de España, Europa y Mundo.
Hoy, se vuelven a ver las caras. El partido Leganés - Real Madrid cerrará la primera vuelta. Partido aplazado por el Mundialito, corresponde a la jornada 16 de Liga, y se jugará en una hora un tanto peculiar, a las 18:45, para no coincidir con los partidos de Champions. El Lega quiere volver a soñar, mientras que el Madrid busca confirmar su buena racha en los últimos encuentros.
Dos sustos galácticos
En diciembre de 2003, el Madrid de los galácticos se encontraba en una situación inmejorable. Líder de la Liga, clasificados como primeros para octavos de Champions y con una plantilla espectacular. Quedaba la Copa, en la que el sorteo emparejó a los blancos con el CD Leganés, dando lugar al primer duelo entre ambos equipos en partido oficial en los dieciseisavos de final, a partido único, en Butarque. Los pepineros, en Segunda División en aquel momento, se encontraban en mitad de tabla, a tan solo cuatro puntos del descenso. Lo que parecía un partido sin ninguna complicación para el Real Madrid se convirtió en casi una pesadilla.
Los blancos empezaron el encuentro como se esperaba, con un 0-2 a favor. Con esta ventaja y dando por hecho el pase a octavos, se relajaron y el Leganés lo aprovechó. Con Roberto Carlos, Beckham, Ronaldo y Raúl en el campo, los locales remontaron y se colocaron 3-2 en el marcador, algo totalmente inesperado, y que podría haber supuesto una mayor renta de no ser por el portero César, héroe madridista del partido. El Leganés casi tocaba el cielo con las manos cuando Solari salvó a los de Queiroz forzando la prórroga, en la que los aficionados en Butarque veían como se escapaba el sueño con un gol de Raúl en el tiempo extra.
El destino quiso que una temporada más tarde volvieran a enfrentarse, esta vez en la ronda anterior de Copa, en treintaidosavos de final. El Leganés había descendido a Segunda B y el Real Madrid venía de una temporada decepcionante, por lo que era obligatoria la victoria del equipo madridista. Sin embargo, se dio una situación parecida. Owen y Morientes adelantaban al Madrid, y de nuevo el Lega, en un intento de remontada y de dar la sorpresa, apretó, pero solo le dio para marcar uno y dejar la eliminatoria con un 1-2 para los de García Remón.
Sueño y realidad
Doce años después, con Garitano a la cabeza, el Leganés visitaba el Santiago Bernabéu por primera vez en su historia, la temporada pasada. Con una ilusión enorme, salieron a por todas, pero la diferencia entre uno y otro fue totalmente visible en el encuentro. 3-0 para los de Zidane, que a pesar de no realizar buen juego, se llevaron el gato al agua gracias dos tantos de Bale y uno de Morata.
En la vuelta se vivió un partido trepidante. El Madrid, con muchos suplentes, se puso 0-3 en el marcador. Pero Butarque alentó a los suyos, Gabriel y Luciano marcaron y los jugadores se marchaban al descanso con 2-3 y todo por decidir. Poco duró, ya que Morata, en lo que sería su particular hat-trick, hacía el 2-4 a los tres minutos de comenzar la segunda mitad.
Llegó 2018, y con él, la Copa. Las semifinales en el horizonte, el Real prácticamente obligado a no fallar después de descolgarse en la Liga. Enfrente, el Leganés, obligado también a soñar, en una misión casi imposible, de intentar dejar fuera al campeón del mundo. Un gol de Asensio en el último minuto para poner el 0-1 blanco en la ida lo hacía más complicado aún si cabe. Ya en el Bernabéu, Eraso ponía la primera piedra con un golazo. Benzema empataba al comienzo de la segunda parte, y un solo gol hacía falta para hacer historia. Gabriel, capitán ante la ausencia de Mantovani, y cerebro del equipo, fue el encargado de mandar al fondo de la red un balón que todos los aficionados del Leganés empujaron para que fuera gol. Clasificación histórica que ponía en evidencia todo el trabajo que había detrás de un grupo que siempre había creído.
Cambio de dinámica
La eliminatoria copera cambió la trayectoria de los dos equipos. El Leganés, con la euforia por el pase aún en la piel, se permitió el lujo de vencer al Espanyol en el siguiente partido liguero. Pero, entonces, llegó el bajón. El Sevilla frenó a los pepineros en Copa, dejándoles al borde de la final. En Liga, la cosa tampoco mejoró: un empate frente al Getafe y dos derrotas ante Eibar y Girona. Además, el problema de siempre, la falta de gol, vuelve a salir a la pizarra. Cuatro partidos seguidos sin marcar. Añadido, a todo esto, el cansancio acumulado. Trece partidos en mes y medio para un equipo que no está acostumbrado a jugar entre semana.
Por su parte, el Madrid, aunque su juego ha sido irregular, ha ganado todos sus partidos, a excepción del 2-2 frente al Levante, después de ser eliminados en Copa. Goleadas frente a Valencia y Real Sociedad, y victoria contundente en un partido importantísimo ante el PSG. Cristiano Ronaldo ha vuelto a la senda del gol y es la principal amenaza de las muchas que presenta el equipo de Zidane. Por contra, los blancos llevan encajando gol desde la victoria por 0-1 en Butarque. Doce goles en contra en siete partidos, la mayoría a la contra o en el juego aéreo, precisamente dos de las virtudes del Leganés.
El Madrid está avisado, Leganés no se rinde
El partido no distará mucho de los vistos hasta la fecha entre los dos conjuntos madrileños. El Madrid dominará, con balón, mientras que el Lega buscará hacer daño a la contra. A sabiendas de la rapidez de los blancos arriba, Garitano buscará no descuidar mucho la defensa, para evitar quedarse sin opciones antes de tiempo.
Recibir a un equipo grande suele ser una situación perfecta para salir de una mala racha e intentar competir de tú a tú.
Si consiguen aguantar al Madrid en la primera mitad y crear peligro a la contra, junto con el calor de la grada, se puede volver a conseguir. En Butarque. En Leganés. Donde los sueños se cumplen.