El Córdoba, siempre un rival difícil en su Estadio Nuevo Arcángel, puede presumir, con sólidos argumentos, de ser el primer equipo que logra vencer al líder, el Levante UD. Los jugadores del trotamundos de la Segunda División José Luis Oltra, viejo conocido de la afición levantinista, realizaron un gran partido ante los de Muñiz.

Durante la primera parte el equipo cordobés desplegó un fútbol de presión alta y continua que neutralizó el juego de creación del Levante. Tal intensidad les permitía robar rápido en el centro del campo y desplegarse a continuación con mucha velocidad en busca de la portería rival. De ese modo llegó el primer y único gol del partido, obra de Guille tras un preciso pase en profundidad del mediocentro Alfaro. Poco o nada pudo hacer Remiro.

Corría entonces el minuto diez del partido y el Levante, lejos de reaccionar, continuó actuando con cierta desidia, previsible y especialmente lento. Por su parte, el Córdoba apenas varió su patrón de juego: aunque algo más recatado no dejó de ser intenso y profundo, sobre todo mediante el exsevillista Antoñito, que cuajó un encuentro notable por su banda derecha, tanto en el plano defensivo, batallador, como en el ofensivo, muy incisivo. Eso sí, mención aparte merece la actuación del omnipresente Bijimine. El jugador congoleño estuvo soberbio en defensa y cada vez que se incorporaba al ataque lo hacía con una determinación amedrentadora y eficaz.

Una única ocasión verdaderamente destacable logro crear el Levante, y fue, cómo no, mediante Roger Martí (que por otra parte estuvo más bien gris, en la tónica de sus compañeros) en el minuto 33. El levantinista se plantó en el área contraria, tras un gran pase, y chutó con calidad pero el portero polaco del Córdoba estiró su pierna derecha y evitó el empate. A este susto respondió Rodri poco después, en el minuto 39, aprovechándose de una las pocas subidas de líneas que los granota osaron realizar. La jugada, que apuntaba a convertirse en el segundo tanto del equipo local, y tal vez en la sentencia del choque,  acabó en córner. Los últimos cinco minutos de la primera mitad de este fueron un ejercicio de control por parte del Córdoba, que apenas concedió un saque de esquina, sin repercusión alguna.

La segunda parte empezó como la primera, el sistema de presión asfixiante que el Córdoba desarrolló durante casi todo el partido le proporcionó una clara ocasión de gol a Rodri y otra a los 50 minutos del partido. El equipo andaluz podría ir perfectamente tres a cero y dedicarse a preparar su siguiente encuentro. No obstante, algo cambió a partir del minuto 54, cuando Campaña fue sustituido por Raphael Martins, tal vez el gran protagonista de la transformación, pues puso el pundonor, la calidad y el criterio que el Levante venía demostrando como señas de identidad. El equipo no solo sumó efectivos ofensivos con la incorporación del brasileño sino que de repente la dinámica del juego cambió. Los valencianos despertaron al fin de su letargo y comenzaron a dar señales de las características que les habían caracterizado durante las cuatro jornadas precedentes. Insa y Espinosa pasaron a ejercer con mucho oficio y calidad de mediocentros (el canterano del Barça sacó a relucir lo mejor de su talento) y el grupo elevó, o puso al fin, la intensidad necesaria.

Prueba de todo ello fue la gran ocasión de marcar que tuvieron en el minuto 58, gracias a una destacable presión en bloque y el consecuente robo del balón. El chut posterior, con el portero ya superado gracias a la precisión del golpeo, se colaba ya en las redes del Córdoba cuando un defensa logró despejarlo sobre la propia línea de gol.

El conjunto andaluz, que apenas se desarboló durante el partido, trazó una gran jugada, moviendo el balón de un lado a otro hasta que el enorme Bijimine envió por alto un balón que superó a la defensa y que acabó pasando por encima del larguero. Era el minuto 62, y el partido había sin duda cambiado. Ambos equipos dieron lo mejor de sí, en especial el Levante, que cada vez iba recuperando las buenas sensaciones que le habían llevado a ser líder. En el 75 a punto estuvo de hecho de marcar, y desde ese minuto sí se puede decir que obligó al Córdoba a defenderse como un gato panza arriba. De nuevo en el minuto 87 estuvo a punto de lograr el empate pero el disparo de Roger salió mordido y el portero cordobés pudo hacerse con él sin demasiadas dificultades. En el 90 los levantinistas pidieron penalti por presuntas manos de Bijimine dentro del área, pero el árbitro no lo consideró así. Hubo cuatro minutos de añadido que no cambiaron nada desde que Rodri marcara a inicios del encuentro.

Seguramente, considerando el buen hacer y las ocasiones del equipo levantinista en gran parte del segundo tiempo, lo más justo hubiese sido un empate, pero el líder no pudo lograrlo ante un Córdoba, serio, bien trabajado y que desplegó un fútbol, sobre todo en la primera mitad del partido, de alto nivel. Sin duda, esta victoria de prestigio le dará más confianza en su juego. El equipo andaluz apunta muy buenas maneras y no sería extraño verlo en lo más alto de la tabla en la parte final de la competición.