Qué mejor día para lucir la camiseta de La Senyera, correspondiente a la tercera equipación oficial que el 19 de marzo, día profundamente arragaido a las tradiciones valencianas. Día de San José. Día del fin de fiesta de las Fallas.

Y qué mejor manera que celebrarlo con una nueva victoria. El feudo de Orriols sigue sin ver perder al equipo local. Dos empates y con la conseguida frente al Almería, 13 victorias (12 + 1 para los escépticos) en el Ciutat de València, colocan al Levante como un claro e intratable líder. Especialmente en Valencia, donde sigue invicto. Por su parte el Almería deberá seguir remando, cada vez más a contracorriente, si quiere salir de los puestos marcados en rojo. Ocasiones tuvo para poder al menos empatar la contienda, pero entre Raúl, el palo y una dósis de mala suerte, parecía que tras la ofrenda fallera a la Virgen de los Desamparados, los valencianos se habían encomendado a San José, el día final de las fiestas patronales.

Cuatro penaltis en tres partidos

Comenzó con fuerza una primera parte en la que el Levante demostraba su condición de líder imponiéndose al conjunto andaluz en todas las facetas. Vestidos con la elástica de la bandera de la Comunidad Valenciana, la misma que estenaron un 9 de octubre día de la Comunidad Valenciana precisamente en Almería, conseguían que el esférico rodara muy lejos de las inmediaciones de Raúl Fernández.

Sin embargo, el gol no llegaba pese a las múltiples ocasiones, y cuando parecía que el Almería despertaba del letargo, fueron los once metros los que brindaron una ocasión de oro para que el Levante cobrase ventaja en el luminoso, por cuarta vez en los últimos tres partidos. Roger materializó la oportunidad, colocándose en solitario como máximo artillero de la Segunda División. 19 tantos avalan su gran temporada.

Lo cierto es que el gol devolvió al menos hasta el descanso, el control del partido a los granotas, que no conseguían ampliar su ventaja en el marcador. La posesión estaba repartida, aunque por contra, el desequilibrio no lo marcó únicamente el penalti, sino también los nueve disparos (cuatro a puerta), frente a los cinco, ninguno entre los tres palos, del Almería.

Raúl, el palo... y San José

Con las pilas cargadas, el conjunto andaluz salió con otra mentalidad, y lejos de amedrentarse, controló el esférico desde el primer momento. Pocas veces se ha visto al líder perder la posesión, y menos aún en su estadio, pero el 62% que consiguió el Almería  en la segunda parte (55% contabilizando el total del choque) es un dato digno precisamente del primer clasificado, y no de un equipo que ocupa los puestos de descenso.

Lo lógico y normal cuando se tiene la posesión es disfrutar de ocasiones de gol. O por lo menos, conseguir que no se reciban. Es por ello que, viendo que al equipo le faltaba un pequeño plus en ataque, Ramis decidió quitar a un defensa, Trujillo, que temporadas atrás militó en las filas azulgranas y salió del campo con una sonora pitada, para dar paso a un delantero, Pozo. Corría el minuto 66.

Muñiz, viendo que los suyos estaban siendo acosados y no conseguían generar de nuevo peligro, dio entrada a Verza, mediocentro defensivo, pocos minutos después, sentando a Casadesús. Con el equipo andaluz volcado, se sucedieron varias ocasiones, entre las que cabe destacar un disparo a bocajarro de Pozo que salvó Raúl Fernández de manera heroica, y tras el cual Muñiz decidió dar a entrada a Chema, que ocupó el puesto de Campaña y con ello, además de acabarse las opciones de generar peligro en condiciones, los locales dibujaban una línea de cinco defensas y dos mediocentros defensivos, tratando de evitar cualquier opción de ataque en sus rivales.

Sin embargo no fue suficiente, y a tres minutos del final, un balón templado procedente del lateral izquierdo del ataque blanquirojo, se paseó por el área local, y cuando parecía que iba a acabar en el fondo de la red, golpeó de manera suave, el poste izquierdo de la portería del Levante, y tras él, fue directo a las manos de Raúl Fernández. Nadie esperaba que ese balón tuviera un destino diferente al gol, y después del sorprendente rechace, cualquier otra dirección que hubiese tomado el cuero, muy probablemente habría generado que la jugada acabase con empate en el luminoso. Lo cierto es que no fue así, por milagroso que pudiera parecer. Era como si San José actuase en favor del decano de la Comunidad Valenciana en el final de las Fallas.

El siguiente escollo en un camino a Primera que cada vez parece más plano para el Levante, será la visita al RCD Mallorca, equipo del que es dueño Robert Sarver tras su frustado intento de hacer lo propio con el Levante UD, y que también ocupa al igual que el Almería, puestos de descenso directo.