Vallecas vuelve a ser un bastión

El Rayo Vallecano defendió de nuevo su fortín y venció por la mínima al Girona en un partido muy intenso. A los franjirrojos les valió un tanto de Manucho tras el descanso.

Vallecas vuelve a ser un bastión
Foto: Rodrigo Peña (VAVEL)
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Por David Fernández Ferreiro

El Rayo se sirvió una vez más de su estadio y afición para sobreponerse a una situación delicada y enderezar su rumbo en la competición. En esta ocasión fueron los jóvenes del equipo quienes llevaron el peso del equipo. Álex Moreno, Cristaldo y Santiago Comesaña fueron los generales del Rayo en la batalla librada en Vallecas.

El Girona, que encadenaba cinco partidos invicto y cuatro jornadas sin recibir un gol no fue capaz de marcarle al Rayo en su estadio, que continúa invicto en Vallecas y asalta el octavo puesto de la tabla. Y es que el Rayo fue a por todas, de perdidos al río, desde un principio, después de tres partidos sin ganar y jugando en casa, los locales afrontaron el encuentro sin mucho margen de error.

Sandoval innovó en el once dejando en el banquillo a Roberto Trashorras y a Rat. Apostó por Álex Moreno y Manucho como titulares, el canterano Fran Beltrán en el centro del campo junto a Franco Cristaldo y en el lateral izquierdo Nacho Martínez. Lo que ofrecieron estas variaciones en contención, resto al equipo en creación, sobre todo en la primera mitad.

El partido fue un duelo por la efectividad. El primer período estuvo marcado por la igualdad, aunque el Girona llegó con más peligro, dispuso de ocasiones más claras. Fue el equipo visitante el primero en poner a prueba al rival con un cabezazo de Ramalho que se fue alto rozando el larguero tras un centro de Borja García en una buena jugada individual desde la banda izquierda. Dos disparos de Longo también se marcharon rozando los postes de la portería de Gazzaniga.

Aunque el Girona movía el balón con más ideas y mandaba en el encuentro, el Rayo, bien colocado esperando y seguro por arriba, lo intentó con algún centro de Ebert y un disparo lejano de Nacho. Buscó la banda de Álex Moreno constantemente pero todo ello sin intimidar demasiado, sin una buena salida con el balón jugado, muy espeso y con falta de creación a la hora de elaborar jugadas. El campo muy mojado y embarrado difícultaba la recepción de los balones largos. No fluía el juego en los locales, no se encadenaban varios pases seguidos. También bien plantado el Girona, Manucho bien marcado por los centrales y anulado.

El conjunto gerundense fue capaz de hilar mejores jugadas. Crearon peligro con constantes incorporaciones por las bandas de Pere Pons y Borja García, pero la defensa local se esforzó al máximo. La zaga del Rayo fue férrea durante el encuentro, bien colocada y con pocas fisuras. Amaya lo cortó prácticamente todo, siempre atento y acertado en el juego aéreo.

La primera parte del Rayo, muy discreta, poco que destacar, dos buenos centros de Lass en los primeros minutos y dos oportunidades para Manucho. El descanso le vino como anillo al dedo a los locales. En la segunda parte se vieron los mejores miutos del equipo de Sandoval. Con la entrada de Santi Comesaña el equipo encontró el juego que buscaba, el gallego dio más control de balón y más lucidez de cara a portería contraria al Rayo.

Tras una primera parte para olvidar, a los veinte segundos de la reanudación, un disparo de Ebert despertó a Bounou y al Girona, Cristaldo mandó arriba el rechace del portero. Un jarro de agua fría para los catalanes nada más comenzar. En la siguiente jugada, Álex Moreno cogió el balón en banda derecha, dribló a varios rivales y envió un centro-chut que el angoleño Manucho controló con la izquierda y empujó con tranquilidad con la pierna derecha al fondo de las mallas.

No tardó en llegar la respuesta del Girona, tres minutos después en la otra portería, Samuele Longo, libre de marca, no acertó con un remate de cabeza dentro del área que se marchó fuera. Insistió el equipo visitante que no se resignaba a irse de vacío de Vallecas, Gazzaniga detuvo en dos tiempos un fuerte disparo desde la frontal.

A medida que pasabron los minutos, el Rayo fue mejorando en el campo con el juego de Santi Comesaña y Álex Moreno. El jugador gallego, sin duda clave en la victoria del Rayo, pudo marcar el segundo peinando un gran centro del catalán, jugador que crece en cada duelo y que a poco del final, en una contra pudo materializar el 2-0 pero el remate lo detuvo Bounou. La comodidad en el campo en la segunda parte de Ebert, Cristaldo y Comesaña se hizo palpable, lejos quedó el Rayo de la primera parte. La posterior salida al campo del capitán Trashorras, que contó con una ocasión nada más entrar tras una combinación, dio más llegada al área rival, más claridad e ideas.

Con esta victoria difícil y sufrida en Vallecas, el Rayo endereza su rumbo en la competición y se acerca a los deseados puestos de playoff. La continuidad de José Ramón Sandoval parece asegurada a pesar de que la tarea de ganar lejos de casa siga pendiente. Lo bueno, otra portería a cero.