Esto no acaba aquí

A pesar del desliz de Riazor, el juego de los de Eusebio no puede quedarse en un bonito cuento de hadas. La imagen ofrecida por la Real en la liga no debe ser un espejismo. Esta Real ilusionaba, ilusiona y terminará dando resultados.

Esto no acaba aquí
La plantilla realista agradece el apoyo de la afición al termino del encuentro contra el Barcelona. Foto: VAVEL/Oscar Alonso
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Por Unai Valverde

La Real ofrecía espectáculo, dominaba el partido, desquiciaba al rival, maravillaba a España entera, porque era y es uno de los equipos que mejor juega de la liga, ahora mismo, el que mejor. Pero de pronto llegó el típico resbalón que hace dudar a la gente y que saca a la luz a los "aficionados" interesados. El 5-1 de Riazor fue muy duro a la vez de inconcebible para un equipo que prometía tanto y llegaba como favorito a Galicia. Pero no hay que olvidar como llegó el equipo a ese partido, 5 victorias y un empate en 6 partidos precedían el encuentro frente al Deportivo. 

Cansancio acumulado

El encuentro frente al Deportivo lo disputaron los mismos hombres de siempre, exceptuando a Canales que tuvo que jugar en lugar de Zurutuza porque éste ya ha caído lesionado. El hecho de no haber rotado ni en copa, da lugar a un cansancio acumulado muy peligroso para un equipo de la talla de la Real.

Es cierto que los 11 titulares son, en estos momentos, insustituibles a excepción del puesto de central derecho donde podría entrar Aritz o Mikel, pero la labor de Eusebio ahora tendrá que ser la de enchufar o acoplar a los menos habituales al sistema y modo de juego que tanto le está dando al conjunto txuriurdin. Y no tendrá más remedio ya que tanto Zurutuza, baja casi segura, como Xabi Prieto y Carlos Martínez son posibles bajas para el partido del sábado.

El equipo y Eusebio merecen crédito

El equipo titular posa instantes antes de comenzar el duelo contra el FC Barcelona. Foto: VAVEL
El equipo titular posa instantes antes de comenzar el duelo contra el FC Barcelona. Foto: VAVEL

La Real Sociedad, de las manos de Eusebio Sacristán ha logrado elaborar un juego al alcance de muy pocos. El juego de toque sacado de La Masía, de donde proviene, lo ha juntado con una verticalidad alucinante y una presión incansable que convierten a la Real en un equipo difícil de batir.

Sin embargo, cuando ocurren tropiezos importantes como el de Riazor el lunes, la gente empieza a despotricar del equipo y principalmente del entrenador. Y aunque sea verdad que el resultado fue humillante para las aspiraciones realistas, lo que este equipo ha hecho hasta la fecha merece, por lo menos, crédito para más jornadas. El equipo se veía poco fresco en A Coruña y la presión no fue efectiva, por no hablar del meritazo del rival, que hizo su trabajo a las mil maravillas. Además, aunque no sea excusa porque no se puede depender de un solo jugador, la Real contaba con la importante baja de David Zurutuza en el medio campo que no fue bien reemplazado por Canales, ya que no jugó en su puesto natural, dejando a Illarramendi demasiado solo en el puesto de Pivote.

Por ello, y pese a que no se puede justificar la derrota con el cansancio, la Real necesita ahora a su afición a muerte con ellos para tratar de seguir jugando como lo venía haciendo. Lo que no se puede hacer es ser realista solo cuando se gana.