El Valladolid se confía y deja escapar dos puntos vitales

Empate en el último segundo de un Mirandés que aun quedándose con 10 en la primera parte, no le perdió la cara al partido y siguió remando hasta conseguir un empate con el que nadie contaba. Arnáiz abrió la cuenta, De Tomás de penalti puso el 0-2 y Eguaras y Balbi en propia puerta empataron un partido con polémica arbitral

El Valladolid se confía y deja escapar dos puntos vitales
Fuente La Liga 1|2|3
mariocalcast98
Por Mario Calderón

Nueva salida para los de Paco Herrera que, tras los buenos resultados cosechados en las últimas jornadas y los pinchazos de sus rivales más directos, hacían del partido una oportunidad clarísima para dormir en puestos de promoción de ascenso. En frente un Mirandés en una situación crítica en la que cada jornada que pasa es una más que se escapa para poder conseguir la machada de la salvación. Un derbi regional que, iba a dejar claros vencedores y vencidos.

El entrenador del Real Valladolid volvía a repetir un once que ya es fijo en su esquema. La buena racha del goleador De Tomás y la confianza de Arnáiz y Espinoza son claves para esta metamorfosis de juego directo que ha experimentado el Pucela tras la catástrofe de Sevilla. Alfaro por su parte, probaba en punta con Guarrotxena  y con Javi Hervías en la media punta con la intención de conseguir la victoria en un campo mitad burgalés mitad vallisoletano gracias al hermanamiento de las aficiones y al despliegue pucelano en la visita de su equipo a Miranda.

La expulsión fue la clave

El choque comenzó con dos equipos expectantes. Ninguno se atrevía a tirar del carro aunque el Mirandés parecía llegar con más asiduidad por bandas. Sin embargo, el Valladolid gracias a su pegada en ataque llevaba más peligro sobre la portería rival finalizando sus jugadas con tiros a puerta peligrosos por parte de De Tomás que ponían en sobre aviso a la defensa rojilla. Al filo del minuto 15, Espinoza en una internada por banda derecha sirvió un pase a José que remató dentro tras tocar en el palo adelantado a los pucelanos en el marcador.

Así las cosas, el Mirandés no se quedó atrás y a punto estuvo de empatar de no ser por una buena intervención de Isaac Becerra que envió el balón a córner tras un tiro de Pablo Hervías. Los minutos pasaban y el dominio del Mirandés era más latente pero sin llegar a causar verdadero peligro para el Valladolid. Sin embargo, en el minuto 36, el partido daría un giro radical. De Tomás cayó en el área tras un mano a mano con el portero en el que este cometió un penalti más que discutible. El árbitro señaló la pena máxima y enseñó la cartulina amarilla al guardameta que acto seguido lanzó el balón con rabia lejos de su posición lo que le valió la segunda amarilla y la consecuente expulsión.

El penalti fue transformado por Raúl de Tomas y el Valladolid volvió a marcar dejando al Mirandés con uno menos y herido de muerte. Los minutos pasaban y el Pucela se iba haciendo con el control del encuentro que ya poco tenía que ofrecer. Los dos equipos se marcharon a vestuarios para volver a salir tras la reanudación y jugar unos 45 minutos de puro trámite. 

El Mirandés no se rindió

La segunda parte comenzó con un ritmo lento e imprecisiones en el pase por parte de ambos equipos. El Mirandés frenaba la hemorragia con faltas tácticas y bien recogidos atrás sabedores del peligro blanquivioleta y conscientes de la dificultad de jugar con uno menos. Aun así el conjunto burgalés se tiró al ataque en un contra bien llevada y pudo provocar un penalti que transformaría Eguaras para recortar distancias en el marcador.

A partir de la hora de partido el Valladolid protegía el resultado mientras que los locales buscan un empate que les diera alas para seguir. El juego comenzó a seguir más conservador por parte del equipo de Paco Herrera que movía su banquillo con la intención de evitar que se le marchara un partido que tenía prácticamente atado al descanso.

Los minutos pasaban y el Valladolid buscaba cerrar el partido para no tener que pasar apuros al final pero sin éxito. Juan Villar, que entró en la segunda parte y Arnáiz intentaban penetrar la portería de un Mirandés que no terminaba de rendirse demostrando casta y coraje. Y el premio llegó en la última jugada del partido en la que Luciano Balbi introdujo el balón en su propia portería para delirio de los aficionados burgaleses e incredulidad de los pucelanos que no se podían creer lo que estaban viendo. El partido terminó como nadie se esperaba demostrando una vez que en el fútbol nada está hecho hasta que el árbitro pita el final.

Jamás un empate fue tan amargo

Los de Paco Herrera se dejan dos puntos que tenían ya en el bolsillo tras una segunda parte en la que pecaron de exceso de confianza. Aun así, 11 puntos de 15 posibles le han hecho que durante esta semana ocupe los ansiados puestos de promoción de ascenso a la espera de recibir el próximo sábado a las 18:00 al Getafe en un Zorrilla hasta la bandera para vivir un partido que puede ser decisivo.

El Mirandés por su parte, último en la tabla, seguirá luchando hasta que las matemáticas se lo impidan, la próxima semana visitará al Almería en un partido en el que se puede certificar su descenso a la Segunda División B