La final de las finales. Algunos, incluso, lo definían como el partido más importante en la historia del club amarillo. No es para menos, el Alcorcón dependía de sí mismo para lograr la tan ansiada permanencia y lo hacía en su estadio, en Santo Domingo, contra un rival que ya no se jugaba nada. Era la ocasión perfecta para demostrar que Alcorcón es una ciudad de Segunda División. De hecho, el campo se llenó para dar un plus de motivación a sus jugadores. En definitiva, todo estaba de cara.

Al ataque

El sueño de permanecer en la categoría de plata arrancaba con un ambiente que pocas veces se ha visto en Santo Domingo: un estadio lleno arropando a su club. Los locales salieron a presionar hasta el área rival, demostrando sus intenciones de ganar desde el primer minuto. No obstante, el Lugo no se echó atrás y también intimidaba a la defensa amarilla, aunque el dominio correspondía al conjunto alfarero.

La tensión era tal que el árbitro estaba en el punto de mira en cada caída o en cada jugada dudosa. Parecía que nadie podía fallar, aunque en el Lugo no había mucha exigencia por parte de su técnico, Luis César Sampedro. Ante el rápido marcaje de los amarillos, los visitantes recurrían al primer toque, algo que no les salía del todo bien, puesto que perdían el balón con bastante frecuencia.

La afición se vino arriba cuando, en el minuto 15, tras un cuarto de hora repleto de llegadas peligrosas del Alcorcón, Álvaro Giménez remató de cabeza dentro del área para adelantar a su equipo en el marcador. Un gol que le aportó más posesión al Lugo y calmó el ritmo frenético que reinaba en el juego. Tanto Sampedro como Velázquez no se tomaban un respiro para dejar de dar indicaciones a sus respectivos pupilos.

Más calma tras el gol

La afición alfarera se llevaba en ciertos momentos el protagonismo del encuentro, ya que no había mucha emoción en el terreno de juego y los cánticos tenían cada vez más presencia. Iván Alejo daba un susto en el ecuador de la primera mitad cuando parecía que se había roto, pero pronto se recuperó y no hubo consecuencias graves.  El Alcorcón estaba a gusto y el Lugo no ponía muchos problemas, así que la situación estaba controlada.

El 2-0 era cada vez más evidente: los alfareros tenían unas ocasiones muy claras y peligrosas, pero no eran capaces de resolverlas con éxito. Mientras tanto, el Lugo seguía con su estrategia de contraataque que, por otra parte, de poco servía ante el dominio de los amarillos. De hecho, la estructura que Velázquez planteaba permitía una sólida defensa y un buen ataque. Pero no hubo más goles y el descanso llegó a Santo Domingo con victoria en el luminoso.

Sin tensión ni presión

Más metido en el partido salió el Lugo al comienzo de la segunda parte, con intención de remontar el marcador y complicarle las cosas a los locales. El Alcorcón no tuvo más remedio que echarse atrás y hacer del contragolpe su mejor baza ofensiva, algo que se demostró cuando, tras un córner rival, los amarillos se lanzaron al ataque y David Rodríguez terminó siendo el encargado de marcar el 2-0.

Con el paso de los minutos, era cada vez más evidente el hecho de que Alcorcón era ciudad de Segunda División. No había presión ni emoción en el juego: el esférico era para el Lugo, pero no suponía ningún peligro para la portería de Dmitrovic. El Alcorcón, por su lado, intentaba sentenciar con ataques esporádicos que tampoco terminaban con éxito.

Final feliz

Sampedro no estaba de acuerdo con la pasividad que demostraban tener sobre el césped sus jugadores y exigía una mayor intensidad. Velázquez tampoco estaba conforme con el resultado pese a lo favorable que era y, a falta de quince minutos, metió a Víctor Pérez en lugar de David Rodríguez, autor del segundo gol, para aportar más estabilidad y organización en el medio del campo amarillo.

El sueño de la permanencia se hizo realidad prácticamente cuando, en el minuto 82, Toribio puso el 3-0 definitivo a pase de Álvaro Giménez desde dentro del área. El Alcorcón dependía de sí mismo y consiguió su objetivo, quedándose un año más en la categoría de plata del fútbol español. Un 3-0 que quedará en el recuerdo de miles y miles de aficionados.