Partido sublime de España para estar en las semifinales del torneo con una jornada aún por disputarse. Los chicos de Celades demostraron la madurez y la calidad que atesoran; sabían que una victoria les metía entre los cuatro mejores, y supieron sufrir, aguantar y esperar su momento. Es el fiel reflejo del trabajo bien hecho todos estos años, pero sobre todo del futuro más próximo que les ilusiona y les pertenece. Y todo ello sin desmerecer a una excelsa Portugal que a punto estuvo de rascar un empate.
Portugal, con sus cartas boca arriba
Los portugueses tenían muy bien aprendida la lección. En los primeros minutos del España-Macedonia, fueron los balcánicos quienes sometieron a los españoles. Dicho y hecho. Portugal, que aún echaba de menos al mejor Renato Sanches, comenzó dominando y metiendo el miedo en el cuerpo a los españoles. Con Joao Cancelo entrando como un puñal por la banda derecha, con Bruno Fernandes comandando el centro del campo, y con Podence mandando al palo un disparo a la portería de Kepa, los lusos demostraban por qué llevaban tantos años sin perder en esta categoría (desde 2011).
Pero Albert Celades, calmado y sin ilusionarse en demasía con la victoria ante Macedonia, ya tenía el plan previsto de antemano. Sabía que Portugal iba a salir a morder, de ahí los cambios que introdujo en la alineación: Dani Ceballos para dar más empaque y conexión en el centro del campo, y Jonny para tapar las internadas del valencianista Cancelo.
Saúl, otro gol para enmarcar
Tras el aluvión inicial, España hizo lo que mejor sabe: coger el balón y ponerse a tocar. En esas apareció el de las grandes ocasiones. Saúl, crecido en una categoría que se le queda pequeña, dribló a la defensa portuguesa y enchufó el 0-1 en el minuto 20. Portugal espabiló levemente, pero Kepa Arrizabalaga, muy atento, desbarataba las llegadas de los lusos.
España estaba jugando a un gran nivel. Con la pareja de centrales Vallejo-Meré y el ya citado Jonny achicando balones y cortando jugadas peligrosas, Héctor Bellerín lo tenía todo para prodigarse más en ataque. A punto estuvo el lateral del Arsenal de hacer el segundo poco antes del descanso. Otro futbolista español que estuvo a un gran nivel en la primera mitad, muy participativo en la creación, fue Sandro. El delantero del Málaga quería su gol, pero sin obsesionarse fue fundamental creando huecos entre la defensa portuguesa y esperando con mucha paciencia su momento.
Sandro hizo el segundo, y Portugal estuvo cerca del premio
Tras el descanso, Portugal siguió creando ocasiones como en la primera mitad, con Podence como hombre más activo. España buscaba el segundo para rebajar las expectativas de los lusos, y este llegó a los veinte minutos, cuando los de Lopetegui empezaban a encontrar más huecos a la espalda de Semedo y de Ié. En esas, Deulofeu montó una de sus famosas cabalgadas y Sandro no perdonó batiendo a Varela por abajo.
Portugal seguía haciendo ocasiones, también era algo fruto de los cambios, ya que habían entrado Bruma, Paçiencia y Ricardo Horta. El combinado luso se merecía al menos un tanto por su fútbol desplegado y su continuo goteo de ocasiones, y este lo encontró el recién entrado Bruma, con un inapelable disparo de primeras desde fuera del área imparable para Kepa.
Aquí España empezó a sufrir levemente y retrocedió las líneas. Celades transmitió a su equipo la idea de mantener más el balón pero también el resultado, además de poder cazar alguna ocasión a la contra. Por ello, dio entrada escalonadamente a Denis Suárez, Mikel Merino e Iñaki Williams. Cuanto más apretaba Portugal, el futbolista del Athletic se plantó con un carrerón en el área visitante y batió al portero portugués para sentenciar el partido y el pase a semis.
Con esta victoria, España da el enésimo puñetazo encima de la mesa y presentó sus verdaderas credenciales por el título. Tras el empate a dos entre Serbia y Macedonia, los españoles ya esperan rival. Mientras tanto, Portugal deberá golear a Macedonia en la última jornada, aunque ha demostrado que es un conjunto que puede poner en apuros a cualquiera.