El Sevilla volvió a ganar en casa tras un partido muy trabajado ante un rocoso Alavés que plantó una defensa de 5 difícil de superar. La primera parte fue, de nuevo, insulsa pero en la segunda el equipo reaccionó. Dos magníficos detalles en forma de espuela de Ganso y Ben Yedder dieron los 3 puntos al cuadro andaluz.
“Si algo funciona, no lo toques”, debió pensar Sampaoli para alinear a los mismos jugadores que ante el Olympique, con Nasri como timón y Vietto y Ben Yedder como amenaza. Pellegrino, por su parte, sabedor del peligro del ataque sevillista y del aliento que da Nervión, optó por una defensa de 5 y Deyverson como punta.
Muy poco fútbol en la primera mitad
El partido empezó con el tanteo típico de quien despierta de la siesta. El susto lo dio muy temprano Edgar, a los 10 minutos de juego, cuando se quedó absolutamente solo ante Rico, que aguantó muy bien. El delantero quiso apuntar al palo corto y se estrelló contra eso mismo, el palo. Nasri respondió poco después con un chut ajustado tras dos grandes recortes. El partido no tenía ritmo debido a las faltas y las altas temperaturas y la ofensiva de Sampaoli no fluía. En apenas 3 minutos, el Alavés perdió a dos piezas claves, Kiko Femenía y Dani Torres, por dos lesiones. Pellegrino gastaba dos cartuchos antes de la media hora de juego. El ataque del Sevilla se basaba en colgar balones desde las bandas a los que no llegaban los pequeños delanteros, Ben Yedder y Vietto, muy poco activos. Otra primera mitad a la basura para el equipo de Jorge Sampaoli, esta vez ante un sólido Alavés con las intenciones muy claras.
La locura vuelve a Nervión
Reaccionó algo el Sevilla tras la reanudación, con una buena ocasión de Mariano. Pero sobre todo por el peligro con la posesión y las sensaciones que transmitía el equipo. La mala suerte que tuvo el Alavés con las lesiones en la primera mitad llegó al Sevilla, con dos lesiones en 2 minutos, la del cerebro Nasri, que cuajó otra buena actuación y la de Vietto. Sarabia y Ganso ocuparon sus lugares. El recién entrado Sarabia tuvo una clarísima ocasión en un mano a mano con Pacheco en el que respondió atento el guardameta albiazul. Su octava parada en 65 minutos, por las 0 de Sergio Rico que prácticamente no intervenía. La quinta lesión del partido la tuvo Mateu Lahoz, para desesperación de la grada que veía el tiempo correr inexorablemente. Entre pruebas del colegiado llegó la jugada del partido. Un balón que se le fue largo a Ganso y se le quedó atrás lo convirtió en una obra de arte. Confió en sus posibilidades en vez de caer desequilibrado, alargó la pierna para servir de tacón una preciosa asistencia a Ben Yedder, que no perdonó y anotó gol. Para esas excelsas muestras de calidad vino el brasileño que dio la primera alegría de las tantas que promete a su afición. Lejos de echarse atrás, el cuadro local buscó el segundo partiendo, como siempre, de la posesión. Sergio Rico dio un susto a Nervión por intentar regatear a Deyverson. Tras el saque de un córner, Laguardia batió al portero internacional en el primer chut entre los 3 palos del equipo vasco. Pero el Sevilla encarnó, otra vez, el “dicen que nunca se rinde” para lograr que los 3 puntos no volaran de Nervión. Una gran conducción de Vitolo con una buena asistencia acabó con un sublime remate de Ben Yedder, de espuela por debajo las piernas de Pacheco. Estallaba la locura en el Sánchez – Pizjuán y el Sevilla anestesió los eternos seis minutos de descuento. El Sevilla iguala los 14 momentáneos puntos del líder gracias a convertir su estadio en un fortín con 4 victorias de 4 posibles.