Barcelona '92, el impulso definitivo para el deporte español

Se cumplen 29 años desde que el 17 de octubre de 1986 Juan Antonio Samaranch pronunciara aquellas palabras que significaban las primeras olimpiadas en suelo español de la historia. Mucho ha cambiado el deporte desde entonces y mucho cambió para el deporte español aquellas olimpiadas que fueron el trampolín necesario para nuestro país.

Barcelona '92, el impulso definitivo para el deporte español
Las olimpiadas de Barcelona fueron un éxito en todos los sentidos.
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Por Héctor Sierra

El 17 de octubre de 1986 es una fecha clave en el deporte español. Ese día, en la ciudad suiza de Lausana, sede del Comité Olímpico Internacional, se decidió la ciudad que albergaría los Juegos Olímpicos de 1992. Las candidatas que pelearon con Barcelona para organizar el evento eran Amsterdam, Belgrado, Birminghamm, Brisbane y París. La ciudad condal conseguía imponerse a las demás en la tercera ronda de votación. Los 47 votos logrados por Barcelona dejaron sin opciones al resto. Era la quinta vez que Barcelona presentaba su candidatura para organizar unos Juegos Olímpicos. En esta ocasión el papel de Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional desde 1980 y barcelonés, resultó decisivo.

Los Juegos de Barcelona fueron considerados un éxito organizativo

Fueron unos Juegos que marcaron un punto de inflexión en muchos sentidos. Desde el punto de vista social, económico, organizativo, urbanístico e internacional nada sería igual para Barcelona, para el deporte español y para el orden mundial. Los de Barcelona fueron los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna que no sufrieron el veto de ningún país por cuestiones políticas. Cuba, por ejemplo, regresó a la cita olímpica después de dos ediciones y lo hizo con un papel destacado, quinta en el medallero.

A su vez, la desmembración de la Unión Soviética en 1991 provocó que todos los países que la conformaban, a excepción de las repúblicas bálticas Estonia, Lituania y Letonia, formaran la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Bajo estas siglas los países que formaban la URSS terminaron primeros en el medallero olímpico con 112 medallas, 45 de ellas de oro. Por su parte, el estallido de la guerra en la región de los Balcanes hizo que por primera vez acudieran atletas de Croacia, Bosnia y Eslovenia bajo su bandera nacional. Los atletas procedentes de Yugoslavia tuvieron que participar como atletas independientes, con la bandera olímpica, debido a las sanciones de la Organización de las Naciones Unidas.

Organizativamente los Juegos de Barcelona fueron considerados un éxito absoluto. La unanimidad institucional a nivel nacional para potenciar los Juegos, así como el modelo económico que se promovió, resultaron ser un paradigma para las ciudades que quisieron albergar unas olimpiadas con posterioridad. Las infraestructuras que se construyeron en Barcelona para la ocasión trajeron como consecuencia un cambio enorme para la ciudad. La edificación del Palau Sant Jordi o la creación del Puerto Olímpico son quizá el emblema de estas instalaciones. Pero la rehabilitación de zonas como en la que se situó la Villa Olímpica transformó la ciudad.

El proceso de transición democrática en España finalizó con la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona

Otorgar a Barcelona la celebración de los Juegos supuso la creación del plan de Ayuda al Deporte Olímpico (ADO). Este programa impulsó a los deportistas españoles, de las disciplinas olímpicas, para lograr mejores resultados en su rendimiento. El plan ADO se inició en 1988 con el objetivo de ofrecer las mejores prestaciones deportivas para los Juegos de Barcelona. Los resultados hablan por sí solos. En los Juegos de Montreal, en 1976, España logró dos medallas (de plata ambas). La cita de Moscú en 1980 se saldó con seis preseas (una de oro, tres de plata y dos de bronce). Los Juegos de Los Ángeles en 1984 terminaron con cinco medallas (una de oro, dos de plata y dos de bronce). La última cita antes de la creación del plan ADO fue Seúl en 1988, con un resultado final de cuatro metales (un oro, una plata y dos bronces). A partir de entonces el medallero español no sería el mismo. En Barcelona se consiguió el mejor registro de la historia del deporte olímpico español con 22 medallas. En Atlanta 1996 llegaron 17, en Sidney 2000 se llegó a 11, en Atenas 2004 fueron 19, en Pekín 2008 un total de 18 y en los últimos Juegos de Londres, en 2012, España consiguió 17 medallas.

Una ceremonia aperturista

No son pocos los que señalan que el proceso de transición democrática en España finalizó con la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Después de 36 años de dictadura, España, que se encontraba en una situación de aislamiento en el panorama internacional, empezó a abrirse al mundo. Con la instauración de elecciones democráticas y la Constitución de 1978 comenzaron los primeros pasos de una línea aperturista que se puede dar como finalizada con la imagen proyectada por España en estos Juegos. La ceremonia de apertura de los Juegos de Barcelona supuso una entrada de aire fresco en este tipo de espectáculos. El mensaje que se quiso dar fue claro, "¡Hola!". Con ello se pretendió dar una imagen amigable, de modernidad y de hospitalidad de un país que había sufrido episodios muy duros durante el siglo XX.

Otras de las instantáneas que dejó la ceremonia de inauguración fueron la del entonces Príncipe Felipe portando la bandera de España por el Estadio Olímpico de Montjuic y la encendida de la antorcha olímpica. El arquero paralímpico Alfonso Rebollo fue la persona encargada de recibir el último relevo del fuego olímpico y lanzar una flecha al pebetero. Una de esas imágenes que perduran en la memoria.

Unos Juegos de nombres propios

Resulta imposible no unir los Juegos de Barcelona con momentos y, especialmente, con nombres propios. Para siempre quedará que en aquellas olimpiadas se congregó la mayor colección de estrellas de baloncesto de todos los tiempos. Michael Jordan, Magic Johnsson, Scottie Pippen o Larry Bird, entre muchos otros, convirtieron a cada partido de baloncesto de Estados Unidos en el acontecimiento del día. No tuvieron rival en la cancha (su promedio fue de 117 puntos en los ocho partidos que disputó) y tampoco fuera de ella. El 'Dream Team' pasó por Barcelona dejando la sensación de ser irrepetible tanto por ganar como por la manera en que lo hizoEl 'Dream Team' pasó por Barcelona dejando la sensación de ser irrepetible tanto por ganar como por la manera en que lo hizo, dando al público instantes maravillosos de baloncesto. También brilló especialmente la nadadora húngara Krisztina Egerszegi con sus tres medallas de oro en 100 y 200 metros espalda y en los 400 metros estilos.

La victoria de Fermín Cacho en 1.500 metros fue uno de los grandes éxitos de España.

Dentro de los protagonistas españoles quizá el más importante y recordado sea Fermín Cacho con su medalla de oro en los 1.500 metros. Uno de los momentos más emocionantes de la olimpiada por su significado y por la sorpresa. Sin ser el favorito, Cacho realizó una carrera perfecta, de ritmo bajo, dando un cambio de cadencia a falta de 200 metros que le supuso la gloria olímpica.

También el equipo nacional de fútbol consiguió el oro, único hasta el momento. El combinado olímpico formado por futbolistas como Alfonso, Guardiola, Cañizares o Kiko, autor del gol de la victoria ante Polonia en el Camp Nou, fue el primero en conseguir algo importante a nivel internacional para España.

Daniel Plaza, oro en 20 kilómetros marcha, Arantxa Sánchez Vicario, con su medalla de plata con Conchita Martínez en dobles y su bronce individual, o el chiclanero José Manuel Moreno, oro en la especialidad de contrarreloj de ciclismo en pista fueron otras de las muchas estrellas españolas que lograron el éxito en Barcelona.

La música, protagonista del cierre

Después de quince días de competiciones deportivas, el 9 de agosto de 1992 se puso fin a la XXV olimpiada con una ceremonia con marcado carácter musical. Los Manolos darían la última imagen amable de España con su famoso 'amigos para siempre'. Por su parte, el tema 'Barcelona' compuesto por Freddie Mercury en 1987 y cantado a dúo por el excantante de Queen y por Montserrat Caballé clausuraría los Juegos. Sin embargo, el SIDA nos privó de ver la actuación en directo de ambos ya que en noviembre de 1991 Mercury falleció a causa de esta enfermedad. No todo pudo ser perfecto.

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Sobre el autor
Héctor Sierra
Licenciado en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. Antes en TVE y en El Mundo. Siempre en Vavel y en RadioVavel. Intentando mejorar poquito a poco.