Las estrellas que pugnan por el trono de Río 2016: Biles, Bolt, Ledecky, Phelps y Uchimura

Con 19 años, la gimnasta Simone Biles y la nadadora Katie Ledecky aspiran a reinar en los Juegos Olímpicos con hasta cinco oros para Estados Unidos. Usain Bolt busca salir de Río sin una derrota para acumular nueve oros olímpicos, igualar a Bolt y se recordado como el más grande de la historia. Phelps, con 22 medallas, solo compite contra sí mismo: quiere ser el primer nadador en sumar cuatro oros olímpicos en una misma prueba. El japonés reinará en la gimnasia masculina si repite victoria en el concurso completo.

Las estrellas que pugnan por el trono de Río 2016: Biles, Bolt, Ledecky, Phelps y Uchimura
Las estrellas de los Juegos Olímpicos de Río 2016. Foto: Zimbio.
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Por Ismael Pérez

Los Juegos Olímpicos necesitan a las estrellas. La industria del deporte los requiere, los medios de comunicación necesitan cribar un solo rostro entre los más de 10.000 deportistas, los más de 306 campeones olímpicos que dejará Río, los aficionados los reclaman. Cada edición olímpica tuvo a su rey. Lo explicó claro Usain Bolt en una frase: “El deporte necesita que yo gane”. Por eso el movimiento olímpico se quedó sin aire cuando el pasado 1 de julio el mejor velocista del mundo se lesionaba en los campeonatos selectivos de Jamaica. Río no podía quedarse sin Bolt. No mientras se habla del zika, de la inseguridad, de los retrasos en las instalaciones, de las decenas de casos de dopajes de anteriores Juegos, del dopaje de Estado ruso. Por eso el olimpismo respiró cuando Bolt confirmó su presencia. Es el rey de los dos últimos Juegos junto a Michael Phelps, hombre a seguir en los últimos tres. El deporte los necesita pero su industria, una devoradora de figuras, también requiere de nuevos nombres.

Simone Biles

Y entre los nuevos destaca una joven de Ohio. Tiene 19 años, la piel negra y un cuerpo tan enjuto (1,45m) como potente. Es la más baja de los 555 deportistas que representarán a Estados Unidos en los Juegos de Río y, sin embargo, la candidata a darle más medallas a la delegación. Así lo cree también la revista Time, que le ha dado su portada preolímpica. Se llama Simone Biles, y su primera irrupción en la gimnasia artística a nivel senior en 2013 estuvo cercana al desastre. El cambio de la discípula de Aimee Boorman, su entrenador desde los ocho años, resultó tan radical que pocos meses después, en el Mundial de Amberes, ganó en el concurso individual y en suelo, consiguió la plata en salto y el bronce en barra. Desde entonces, cuatro oros y una plata en el de 2014 y otros cuatro dorados y un bronce en 2015. La artística no ha tenido otra reina en este ciclo.

Los dos primeros retos a los que se enfrenta Biles parecen un trámite. En el pasado mundial fue la única que superó los 60 puntos en el concurso completo. Por equipos, acompañada por la campeona olímpica en Londres Gaby Douglas, por la veterana Aly Raisman, tres medallas en Londres, y por las jóvenes Laurie Hernandez y Madison Kocian, cualquier otra cosa que no sea repetir el oro olímpico resultaría una enorme sorpresa. Millones estadounidenses estarán pegados a la NBC para ver triunfar a sus chicas. Ya en las finales por aparatos, a partir del segundo domingo en Río, Biles tiene como arma secreta la elevada dificultad de sus ejercicios, lo que eleva su nota de salida. Nadie ejecuta una salida tan complicada de la barra de equilibrios ni es capaz de representar su doble-doble. En suelo uno de los elementos ya lleva su nombre y solo en salto se le ha atragantado por tres veces la victoria mundial, a pesar de su giro Amanar. Solo las asimétricas se le resisten a Biles, que parece depender de su mejora con el potro para reinar en Río con cinco medallas de oro.

Kohei Uchimura

Es difícil que llegue a tanto su homólogo japonés Kohei Uchimura. El nipón de 27 años, ocho más que Biles, empieza a afrontar el reto de su veteranía. En Río puede repetir la gesta de su compatriota Sawao Kato en 1968 y 1972 y repetir victoria olímpica en el concurso completo. Desde que se colgó la plata en Pekín 2008 por detrás del chino Yang Wei no ha perdido una gran competición. Lleva seis Mundiales y el oro de Londres y es capaz de superar los 90 puntos. Más desafiante es su reto por equipos. En el último Mundial de Glasgow, Japón por fin derrotó a su archirrival China, posedora de los dos últimos oros, bajo el liderazgo de Uchimura. En Río se prevé otra estrecha batalla. Por aparatos, este hijo de gimnastas metido entre la magnesia desde los tres años no es capaz de imponer una hegemonía duradera ante auténticos especialistas. En el Mundial de 2011 se impuso en suelo; en el de 2013, en paralelas, y en el de 2015, en la barra, por lo que su victoria no está asegurada en ninguno de los ejercicios, pese a su clara candidatura al trono de la gimnasia en Río.

Katie Ledecky

La primera semana será, como siempre, de la gimnasia y de la natación. En paralelo a las acrobacias de Biles y Uchimura se verán en Río las brazadas de Katie Ledecky. La estadounidense de 19 años ha heredado la corona femenina de la natación de su compatriota Missy Franklin. Sus victorias en 800 y 400 metros libres son una de las apuestas menos arriesgadas de los Juegos. En la primera distancia ya ganó el oro olímpico en Londres con solo 15 años y por delante de Mireia Belmonte. Su récord mundial (8.06.68) en enero de este año supera en 11 segundos a la marca de la siguiente de sus rivales. En 400m bajó de los cuatro minutos en los Campeonatos Pan Pacíficos de 2014 para apuntarse otra plusmarca (3.58.86), que ha vuelto a rozar este año, cuando nadie ha bajado de esa barrera. Con los 1.500m, también de su reino, fuera del programa olímpico, Ledecky tendrá que pelear por la victoria en los 200m libres. Su enfrentamiento con la sueca Sarah Sjostrom (1.54.31 frente a los 1.54.43 de Ledecky) será una de las carreras de los Juegos. La italiana Federica Pellegrini y la holandesa Femke Heemskerk también pueden amargarle su cosecha de oros. Ledecky podría sumar sus otros dorados en el relevo estadounidense 4x200m libre, favorito a la victoria, y redondear su palmarés en Río si es incluida en el 4x100m.

Michael Phelps

Ledecky apunta a dominar en la piscina frente a la alargada sombra de Michael Phelps. Es lo que ocurre cuando se compite con un mito. El tiburón de Baltimore es un anciano en su deporte. 31 años son demasiados para la natación, pero tras retirarse con todos los honores de Londres, caer en depresión, sufrir alcoholismo, rozar el suicidio y ser padre, su regreso a las aguas no será para bañarse. No es el claro favorito en ninguna de las tres pruebas individuales que nadará esta vez, 100 y 200 metros mariposa y 200 metros estilos, pero en todas ellas es capaz de colgarse el oro. Si en Atenas y en Pekín persiguió el reto de superar a Mark Spitz y sus siete medallas de oro, si en Londres se propuso mejorar las 22 medallas olímpicas de la gimnasta Larisa Latynina y también lo consiguió, el reto de Río es contra sí mismo.

En dos pruebas, los 100m mariposa y los 200m estilos, busca su cuarto oro olímpico consecutivo en 12 años, algo nunca visto en la pileta. Tampoco ningún nadador con más de 30 años venció nunca una final olímpica individual. En la mariposa solo el sudafricano Chad Le Clos, el verdugo de los 200m mariposa en Londres, su prueba fetiche, y el veterano húngaro Laszlo Cseh le pueden hacer frente. En los 200m estilos chocará con el japonés Kosuke Hagino, candidato a tres oros, y con su compatriota Ryan Lochte en su única prueba individual. El choque entre los dos dominadores de la piscina en este siglo tendrá sabor a despedida.

Además, Phelps nadará la posta de mariposa en el relevo de 4x100m estilos y, quizá, pueda participar en los dos relevos de crol. El de Baltimore no se lanzó a la piscina en las pruebas individuales en los Trials, pero Bob Bowman, el entrenador de toda la vida de Phelps y ahora responsable de la natación estadounidense, no lo ha descartado.

Usain Bolt

Cuando todos ellos acaben los Juegos solo serán de un hombre, Usain Bolt. Más allá de la cuenta metálica, será difícil competir con su carisma y el impacto que causa en cada última semana olímpica. Con sus récords mundial de Pekín 2008 y Berlín 2009 ya inalcanzables, el jamaicano persigue los nueve oros que Carl Lewis logró en la pista entre Los Ángeles 84 y Atlanta 96, un duelo en el tiempo con el morbo añadido de su mala relación. El estadounidense insinuó su dopaje, el jamaicano le dijo que había perdido el respeto que le tenía tras los Juegos de Londres y Lewis contraatacó afirmando que Bolt era un egoista. De ahí las ganas de Bolt dejarlo atrás. Quiere igualar sus victorias en una edición olímpica menos y en una prueba menos, la longitud. Al contrario que el de Alabama, que perdió los 200m en Seul, pretende dejar el atletismo sin una gran derrota. “Quiero ser el más grande de siempre”, repite antes de Río.

Y eso pasa por atar en corto a Justin Gatlin. El estadounidense pretende imponerse en los 100m lisos 12 años después de su victoria en Atenas. En medio, ha pasado cuatro años a la sombra por dos positivos por dopaje. Cada vez se ha acercado más a Bolt, que hasta ahora parece haberle dominado psicologicamente en un duelo que se presenta como el bien contra el mal. El jamaicano venció por tan solo una centésima en el último Mundial mientras, como en los últimos años, Gatlin ha corrido más rápido en 2016 (9,80s frente a 9,88s). En 200m Bolt llega con una ventaja respecto al Pekín 2015. Ya ha bajado de 20 segundos. Lo hizo en la Diamond League de Londres, su regreso tras la lesión en los Trials que despejó sus dudas sobre su estado. Su marca (19,89s) aún así es peor que la de Justin Gatlin (19,78s) y LaShawn Merrit (19,74s), que dobla su apuesta en 200 y 400m. Si consigue derrotar a Bolt en la distancia corta y al sudafricano Wayde Van Niekerk en la larga se ganará una página en la historia del deporte, aunque el jamaicano parece más favorito en la prueba de la curva.

Más duro para los jamaicanos parece el relevo 4x100m, de nuevo ante Gatlin y Bromell, pero los estadounidenses ya corrían por detrás en Pekín antes de ser descalificados. Bolt tendrá todos los focos en su búsqueda del triple oro olímpico consecutivo en las tres pruebas, pero en la pista merecen también atención los plusmarquistas mundiales David Rudisha y Ashton Eaton buscando repetir la victoria de Londres en 800m y decatlón, respectivamente, y la sudafricana Caster Semenya intentando doblar triunfo en 400m y 800m. En la prueba de las dos vueltas su dominio este año es aplastante pero una razón médica lo explica. El TAS levantó la obligación de tratar su producción natural de testosterona, por lo que sus oros en Río serían a buen seguro cuestionados.

Estrellas más románticas

Menos sonarán los nombres de Yiech Pur Biel, James Nyang Chiengjiek, Yonas Kinde, Anjelina Nada Lohalith, Rose Nathike Lokonyen, Paulo Amotun Lokoro, Yolande Bukasa Mabika, Yusra Mardini y Popole Misenga. Son el equipo de refugiados que competirá bajo bandera olímpica en atletismo, natación y judo. Seguramente estarán lejos de las medallas y hasta de las finales, pero su presencia devuelve al olimpismo el aroma romántico de sus orígenes.

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Sobre el autor
Ismael Pérez
25 años. Periodista. He cubierto los JJOO de Londres y Sochi para Somosolimpicos.com y los grandes campeonatos de atletismo desde 2011, en Praga y Ámsterdam como enviado especial. @Ismael_Prz