Estamos a menos de tres meses que comience la temporada regular de la NFL. Las franquicias se encuentran en sus primeras semanas de entrenamiento. Estos sirven para acondicionar el físico de los jugadores, ver como se desempeñan los nuevos jugadores elegidos vía draft o firmándolos en la agencia libre, comprender el libro de jugadas y delinear los objetivos a corto y largo plazo de cada equipo. Para los coachs, además, es un periodo donde se confecciona el roster final. En esta época la plantilla supera el límite oficial (53 jugadores) por lo tanto, los entrenadores según lo que ven en las prácticas deberán cortar los jugadores que no sean necesarios para la nueva temporada.
En la nota anterior se observó cómo fue el comportamiento de la temporada baja de los New York Giants y Washington Redskins. Ambos equipos comparten la División Este de la Conferencia Nacional. Ahora es el turno de la “offseason” de las otras dos franquicias que militan en la misma división, Dallas Cowboys y Philadelphia Eagles.
Ambos equipos tienen realidades muy opuestas a las franquicias anteriormente analizadas ya que en el 2018 han llegado a la postemporada y seguramente tienen las herramientas suficientes para repetir o mejorar los logros obtenidos en el torneo anterior.
DALLAS COWBOYS
El conjunto del Estado de Texas viene de un gran 2018. Con un récord de 10 ganados y 6 perdidos ganaron la División y entraron a los playoffs. En la postemporada, llegaron hasta la Ronda Divisional donde perdieron en partido muy cerrado con los Rams por 30-22 (llegaron a esta instancia porque en los Wild Card derrotaron 24-22 a los Seattle Seahawks).
Los Cowboys han sufrido pocas bajas relevantes en la agencia libre y esas pérdidas (solamente se produjeron en la ofensiva) fueron rápidamente contrarrestadas. Luego de siete temporadas en la franquicia, el receptor de slot, Cole Beasley se mudó a Buffalo, para jugar con los jóvenes Bills. Para remediar esta baja, Dallas contrató al ex Green Bay Packers y también receptor de slot, Randall Cobb. Esta adquisición fue una gran movida, ya que Cobb está considerado como uno de los mejores receptores corriendo las rutas cerca de la línea de scrimmage. Otro que partió de la ciudad de Arlington, fue el ala cerrada Geoff Swaim, que se fue a Jacksonville para recibir pases del mariscal de campo, Nick Foles. Para compensar esta baja, los vaqueros consiguieron que el ala cerrada futuro salón de la fama, Jason Witten, vuelva del retiro y juegue nuevamente para el equipo dirigido por Jason Garret.
En la defensiva, lo único negativo para remarcar fue que la NFL suspendió de manera indefinida al defensive end, Randy Gregory por violar nuevamente el abuso de sustancias prohibidas. En cambio fueron muchas noticias positivas en este aspecto de juego. La más importante, es que el cazador de mariscales, Demarcus Lawrence renovó el contrato por 5 años más (por el nuevo acuerdo, Lawrence pasará a cobrar más de 100 millones de dólares, de los 65 millones son garantizados). Además, y para acompañar a Lawrence en la línea defensiva, Jerry Jones, Gerente General y dueño de la franquicia, vía trade con los Dolphins de Miami, consiguió al pass rusher, Robert Quinn y firmó al tacle defensivo, ex Texans de Houston, Chris Covington.
En defensiva, uno de sus mayores problemas era el sector interno de la línea defensiva (se demostró en el partido perdido con los Rams en los playoffs, ya que estos obtuvieron más de 270 yardas por tierra). Por esta razón, en el draft 2019, su primera elección (fue en la segunda ronda ya que por el intercambio con Oakland Raiders, donde recibieron al receptor, Amari Cooper, se quedaron sin su primera ronda) eligieron al tacle defensivo de la Universidad de UCF, Trystell Hill. Asimismo y para tener más profundidad en la trinchera, Dallas seleccionó al defensive end de la Universidad de Texas A & M, Joe Jackson. La secundaria, especialmente en la posición de profundo, es otra debilidad de la defensiva coordinada por Rod Marinelli, pero sorpresivamente no draftearon ningún jugador en esa posición y si en las esquinas, ya que escogieron al cornerback de la Universidad de Miami, Mike Jackson.
La fanaticada debería muy ilusionada con la temporada que se avecina ya que tienen todas las armas (tanto ofensiva como defensivamente) para poder nuevamente ganar la división y luchar por llegar llegaron al Súper Bowl LIV a disputarse en la ciudad de Miami.
PHILADELPHIA EAGLES
El conjunto del Estado de Pensilvania viene de un 2018 que, si bien llego a los playoff, las expectativas y los objetivos eran mayores al desenlace final en ese campaña (en un cotejo muy cerrado perdieron 20-14 con los Saints en la Ronda Divisional, luego de estar ganando ese partido por 14-0). Vale recordar que en el 2017 habían sido campeones del Súper Bowl al derrotar en un gran partido a los Patriots de New England y por esa razón, tanto la franquicia como los fanáticos tenían la esperanza de ser nuevamente campeones o por lo menos llegar al Súper Tazón.
La gerencia de Philadelphia ha estado muy activa en los primeros meses del año y han incorporado (en la agencia libre y draft) grandes jugadores que puede tener un efecto inmediato en el equipo.
En el aspecto ofensivo, habían dos temas imprescindibles que debían subsanar fuera de la temporada. Mejorar el ataque terrestre (su promedio no superó las 100 yardas por partido y fueron unos de los peores equipos de la NFL en ese rubro) y cuidar el físico de su mariscal titular, Carson Wentz. En la última temporada, una lesión en la espalda privó a este talentoso jugador de varios partidos, incluidos los playoffs
Para mejorar el ataque terrestre, los Eagles incorporaron dos jugadores que serán los titulares en este año. Mediante un trade con los Bears, el equipo entrenado por Doug Pederson, obtuvo al potente corredor, Jordan Howard y en el draft 2019, seleccionaron al explosivo corredor, egresado de la Universidad de Penn State, Mike Sanders. Y para proteger a Wentz, en su primer pick del draft eligieron al tacle ofensivo, Andre Dillard, proveniente de la universidad de Washington State.
Asimismo y para suplantar dos receptores que se fueron de la franquicia (Golden Tate firmó con Giants de New York y Jordan Mathews se mudó a San Francisco para jugar con los 49ers), la gerencia de las Águilas repatrió un receptor que supo brillar en la “ciudad del amor fraternal” en sus primeras temporadas en la NFL. Estamos hablando del velocista, Desean Jackson, que luego de su paso Washington Redskins y Tampa Bay Buccanneers, vuelve a la franquicia que lo vio nacer. Y además, en el draft, pickearon al receptor español, JJ Arcega-Whiteside cuya carrera universitaria fue en la Universidad de Stanford. El novato Arcega-Whiteside es un receptor sumamente explosivo, puede jugar tanto en las esquinas como en el slot y seguramente le brindará grandes dividendos a la ofensiva coordinada por Mike Groh.
Tate y Mathews no fueron los únicos jugadores que se fueron de Philadelphia, el mariscal sustituto y jugador más valioso del Súper Bowl LII, Nick Foles, se fue a los Jaguars para ser mariscal titular en la franquicia del estado de Florida. Por esta razón y para ser suplente de Wentz, los Eagles trajeron a Cody Kessley, ex Jaguars.
En el aspecto defensivo, hubo menos movimientos, pero alguno de estos fue bastante trascendente. Para suplantar la salida del defensive end, Michael Bennett (en el 2019 jugará con el equipo campeón de la NFL, los New England Patriots) el equipo cuyo dueño es Jeffrey Lurie, rubricó la firma del pass rusher, Vinny Curry, ex Bucanero de Tampa. Ese no fue el único movimiento en la línea defensiva, ya que para acompañar a uno de los mejores tacles defensivos de la liga, como lo es Fletcher Cox, los Eagles, signaron al veterano linero interno, ex Broncos y Jaguars, Malik Jackson.
También, y para tener mayor recambio en la posición de safeties, firmaron a los profundos Andrew Sendejo y Hassan Ridgeway, ex Minnesota Vikings y Indianápolis Colts respectivamente. Si bien es posible que no comiencen siendo titulares, si ocurre como sucedió en la temporada anterior (se lesionaron muchísimos jugadores en la secundaria) es posible que terminen entrando al emparrillado.
Por último y para reemplazar al apoyador central, Jordan Hicks, (se fue a Arizona Cardinals), contrataron al linebacker central, ex Washington Redskins, Zack Brown.
Al igual que los Cowboys, los Eagles tienen el potencial suficiente necesarias para llegar a la postemporada nuevamente. Poseen un equipo muy balanceado en todas sus líneas y de no mediar nada raro, serán un equipo contendiente en la Conferencia Nacional