Uno de los peores partidos de la pretemporada, sino el peor, que se ha visto este año. Alguno tenía que llevárselo dentro del caos que reinaba en el terreno de juego, y fueron los Jets, por 6-0. Poco que decir de este partido, más que analizar en qué pudieron fallar ambos equipos y cómo van a poder mejorarlo. Obviamente no se encontraban los titulares en el terreno de juego, pero la lucha de todos esos jóvenes por hacerse un hueco dentro del 53-man roster sí requería una buena actuación para que los respectivos entrenadores tomaran una última decisión.
Yendo por partes, hay que comenzar por los Jets. En esta liga, conseguir 300 yds de pase en un partido es una buena cifra, y más si a eso se le añade que con ellas se suman 200 más que el rival. Lo que es difícil de entender es que todo ese dominio no se tradujera en puntos, ni siquiera en un único TD en todo el encuentro, ya que los puntos de su marcador llegaron a través de dos field goals. El juego de carrera si que dejó mucho más que desear, con 40 yds totales y ninguna sensación de peligro. Los de Adam Gase tienen mucho trabajo por delante si quieren que el proceso de reconstrucción del equipo no se les atasque. Tienen un QB joven y talentoso en Sam Darnold, un RB top-3 en esta liga con LeVeon Bell, y uno de los safeties con mayor proyección de toda la NFL en Adams. Si el resto de piezas consiguen encajar, son un equipo capaz de dar más de un susto y sobretodo, de dar mejor cara que la mostrada en este encuentro.
Pero si los Jets sembraron dudas, más aún dejaron los Eagles. Con un Clay Thorson que, tras las lesiones del resto de QB, nunca había estado más cerca de alcanzar un hueco en el roster y dejó una actuación paupérrima. Poca confianza en sí mismo y en sus compañeros, y un nivel muy por debajo del que se esperaba de él, con 84 yds aéreas totales, números que se suelen ver con sólo media parte, en un partido no muy bueno. El juego terrestre no quiso desentonar con su compañero, y se sumó a la causa con 40 yds totales. Por mucho que Pederson renovara la rotación y empleara un total de seis RBs, ninguno parecía por la labor de conseguir un primer down. Y ya no sólo el ataque, lo realmente preocupante sigue siendo, un año más, la secundaria de Jim Schwartz. Frente a unos muy pobres Jets, se vieron de nuevo demasiados huecos, unos CBs que sufrieron mucho en el marcaje individual, y cuya cobertura de los espacio fue muy escasa.
En definitiva, un partido por el que muchos de los aficionados a buen seguro reclamarían la devolución del precio de sus entradas, y que puede acarrear consecuencias muy negativas en todos los jugadores que se encontraban ante su último cartucho para poder llegar a la plantilla definitiva una vez comience la temporada regular.