Después de nueve años defendiendo los colores de Pittsburgh, la carrera de Antonio Brown da un giro esperado, dados los problemas del año pasado, y vestirá la camiseta de Oakland Raiders, donde tratara de demostrar por qué es considerado uno de los mejores receptores de la liga y darle una nueva vida a un conjunto que viene arrastrando malas campañas y necesita un lavado de cara antes de su traspaso a la ciudad de Las Vegas en el año 2020.

El egresado de Central Michigan siempre trae atención a los equipos que integra, de la buena y de a mala, ya que a sus increíbles actuaciones dentro del campo suele sumarle actitudes polémicas fuera del campo. Este año es el uso de su casco, el cual para la NFL ya no puede ser usado y esto ha traído aparejado que el receptor todavía no se haya podido entrenar equipado con su nuevo equipo. Una vez que esta situación se resuelva, el jugador que entrará en su décima temporada será el arma principal del mariscal Derek Carr, ya que, con su capacidad de correr rutas precisas, sus movimientos para dejar desairados a sus defensores y sus seguras manos, le dará la oportunidad al quarterback de tener por primera vez en su carrera un target más que seguro a la hora de atacar. Pero no solo dentro del campo es importante Brown, su presencia en los Raiders trae aparejada también un aumento de las ventas de camisetas e incluso la presencia de las cámaras del reconocido programa de NFL Network, Hard Knocks, que abandonara a los Cleveland Browns, para centrarse en el conjunto de la Bahía de San Francisco.

Brown llega luego de una prolifera campaña donde fue el receptor que mas anotaciones por aire logro, con 15 (que es además el máximo de su carrera) y 1297 yardas por recepción, numero excelente pero lejano las de las 1834 que consiguiera en la temporada 2014, temporada donde consiguiera una de sus siete citaciones al Pro Bowl y una de sus cuatro menciones como All Pro. Brown, que ha conseguido 11207 yardas en su carrera y 74 Touchdowns, tiene aun un debe en los playoffs, ya que sus números bajan un poco, con 837 yardas totales, que le dan un promedio de 83.7 por partido contra las 86.2 que muestra en temporada regular. En las anotaciones también la merma es evidente ya que Antonio solo piso cuatro veces la end zone contraria, dos en el año 2016 y dos en el año 2017. De todas maneras, estos números son mas que impresionantes si ponemos en consideración que Brown fue elegido en el pick 195 de la ronda seis en el draft del 2010.

La temporada de Antonio Brown es una incógnita a días de comenzar la temporada 2019-2020, ya que, si no soluciona el inconveniente del casco, dejo vislumbrar incluso el retiro, pero de no ser así, las dudas en el campo también son importantes. Sus condiciones no están en duda, pero el conjunto que lo rodea no tiene nada que ver al que tenia en los Steelers, ya que los Raiders no tienen un juego de carrera importante, con lo que las defensas rivales seguramente se centraran en Brown, y el resto del Depth Chart en la posición de Wide Reciver, tampoco parece implicar demasiadas complicaciones para que los coordinadores defensivos rivales dejen libertad a Brown, con lo que seguramente veamos en muchos momentos de los partidos dobles o triples coberturas sobre el receptor nacido hace 31 años en Miami.

Sera una temporada muy difícil para AB, pero si consigue mantener números similares a los de las anteriores demostrara nuevamente que es un jugador elite de esta liga y quizás hasta haga ilusionar a los fanáticos de los Raiders a llegar a una nueva Post temporada.