Houston Texans no había sido capaz de derrotar a New England en la última década. Con la victoria de ayer los Texans cortan una racha de ocho derrotas consecutivas frente a New England (incluyendo playoffs). Además, lo hicieron en un Sunday night con un estelar Deshaun Watson que logró 4 touchdowns contra una defensa que tan sólo había permitido los mismos 4 touchdowns en toda la temporada regular.
Deshaun Watson ejecutó a la perfección el game plan de Houston
Sin duda el quarterback de los Texans fue el gran protagonista del partido. Logró batir a uno de sus ídolos (Tom Brady) y lo hizo con un juego dinámico y preciso ejecutando de manera perfecta el game plan que había diseñado Bill O’Brien.
Watson terminó con 18 de 25 lanzando para 234 yardas y 3 touchdowns. A esto hay que añadir una recepción de 6 yardas para touchdown en una de las mejores jugadas del partido en la que hasta 3 jugadores de Texans tocaron el balón antes de que Watson lograra anotar. Es el quinto partido de la temporada que Watson termina con al menos 3 pases de touchdown, lo que supone igualar el record de la NFL.
Deshaun Watson ejecutó a la perfección el “game plan” de Bill O´Brien (logró su primera victoria frente a su mentor Bill Belichick). Se mantuvo calmado y seguro en el pocket, lanzando checkdowns cuando la jugada lo requería y confiando ciegamente en sus receptores.
Hay que destacar también el game plan que dispuso Bill O’Brien. Supo atacar el único punto débil (mejor dicho, el menos bueno) de la defensa de los Patriots; los linebackers. Houston utilizó formaciones con varios tight ends y varios jugadores en el backfield para confundir a la defensa con sus asignaciones. Kyle Van Noy y Dont’a Hightower se vieron superados en todo momento. Destacó el running back de Texans Duke Johnson. Johnson fue el máximo exponente con 5 recepciones para 54 yardas y 1 touchdown y sacó partido de las fallidas coberturas de los linebackers de Patriots.
El ataque de New England sigue sin mejorar
La falta de producción del ataque de los Patriots ha sido la norma de las últimas semanas y contra los Texans no fue diferente.
Los Patriots comenzaron el partido con la necesidad de ganar para mantener el seed #1 en la AFC. Pero nunca entraron en el partido ni fueron capaces de mover las cadenas con mediana fluidez, logrando anotar el primer touchdown a falta de 11 segundos para terminar el tercer cuarto y los 2 últimos touchdowns llegaron en los últimos 4 minutos del partido con la defensa de Houston controlando jugando casi en “prevent”.
Tom Brady terminó la noche con 24 de 47 (7 de 19 en el primer tiempo), lanzando para 3 touchdowns y 326 yardas y fue interceptado una vez. A pesar de los números Brady recibía presión constante de la defensa por medio de Blitzes (gran trabajo Romeo Crennel, otro discípulo de Bill Belichick), y nunca estuvo cómodo en el pocket (recibió 3 sacks y fue golpeado en 12 ocasiones).
Adicionalmente cuando lograba escapar de la presión, sus receptores no lograban separación de sus defensores (Julian Edelman aparte). Brady se desesperó por momentos y fue visto en la banda gritando a su cuerpo de receptores, un cuerpo de receptores en el que por cierto ya no están ni Josh Gordon ni Antonio Brown.
Por si fuera poco, ni Sony Mitchel ni Rex Burkhead fueron capaces de establecer el juego de carrera. James White hombre clave en tercer down fue totalmente anulado por el marcaje de los diferentes cornerbacks de los Texans.
Houston Texans (8-4) continúan líderes de su división con un partido de ventaja sobre Tennessee Titans. La semana que viene reciben a los Denver Broncos (4-8).
Por su parte New England (10-2) continua líder de su división, pero con tan sólo un partido de ventaja frente a los Buffalo Bills además ha perdido el seed#1 en favor de los Baltimore Ravens. La semana que viene visita Foxboro unos renacidos Kansas City Chiefs (8-4) líderes de su división.