Los New York Islanders llevaban varios días enfrentándose a las bajas en su plantilla por protocolo COVID, pero aún así han seguido cumpliendo con su calendario de partidos hasta el pasado viernes, culminando un desastroso homestand saldado con cuatro derrotas tras perder por la mínima contra Pittsburgh Penguins.
Pero esta sábado pasado, la baja de Casey Cizikas fue la gota que colmó el vaso, elevando a ocho las ausencias del equipo por dicha causa, y la NHL ha tomado cartas en el asunto suspendiendo a espera de reubicación en fecha posterior de los partidos del domingo 28 contra New York Rangers en el Madison Square Garden y del martes 30 contra Philadelphia Flyers en el Wells Fargo Center.
En esa fecha se volverá a evaluar la situación y se decidirá la reincorporación de los isleños a a competición una vez estos cuenten con los efectivos precisos para enfrentarla.
Un calendario más apretado que nunca
Durante toda la semana pasada, cuando las bajas empezaron a castigar a los isleños, empezaron a oírse algunas voces preguntándose sobre cuales eran los requerimientos de la liga para pausar el calendario de un equipo castigado por el COVID.
No es un secreto que la pausa olímpica aprieta aún más el calendario y no da mucho juego a la hora de reprogramar partidos, y se quieren evitar situaciones como las de Vancouver Canucks la pasada temporada con 12 partidos en 19 días, llevando al límite físico y mental a los jugadores.
Bill Daly, vicecomisionado de la NHL no ha querido dejar dudas al respecto, y que las decisiones se toman de acuerdo con los equipos médicos de las diferentes franquicias, y que todo lo relacionado con la pandemia se estudia de manera individualizada, caso por caso.
Obviamente, los medios fueron a buscar la opinión de la parte afectada en esta caso, el equipo, y su gerente general Lou Lamoriello, se limitó a expresar su desconocimiento del umbral a partir del cual se actuaba para aplazar los partidos y que las decisiones dependían de la liga, los representantes de los jugadores y las autoridades sanitarias. En resumen, mostrando cierto estupor pero sin entrar en polémicas.
No está siendo una temporada fácil para un equipo del que por potencial se espera mucho, pero al que las circunstancias, primero con la ausencia de partidos en casa por más de un mes a la espera de su nuevo pabellón y ahora por el brote de COVID no les han sido favorables, pero aún queda mucha temporada para poner las cosas en su sitio.