Biles se despide con su obra maestra

La gimnasta estadounidense cerró la gimnasia artística en Río consiguiendo su cuarto oro en el suelo, el aparato que más domina, con 15,966 puntos. Su actuación la eleva como una figura que trasciende a su deporte. El ucraniano Oleg Verniaiev consigue el oro en paralelas y el alemán Hambuechen conquista por fin

Biles se despide con su obra maestra
Simone Biles en una perfecta apertura de piernas durante su ejercicio de suelo. Foto: Dean Mouhtaropoulos.
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Por Ismael Pérez

Río de Janeiro tiene motivos para la tristeza. No volverá a ver una de las obras cumbres de sus Juegos Olímpicos, el ejercicio de suelo de Simone Biles, cuatro veces representado (en la calificación, la final individual, por equipos y de suelo), cuatro veces brillante y convertido ya en icono de la historia de la gimnasia artística. Con su mejor creación se despidió la estadounidense de los Juegos, consagrada como una de las más completas de siempre. Su deporte ha tenido la suerte de encontrarla hace tres años y de crecer en atención ahora gracias a su figura.

Biles olvidó su fallo en la final de barra que le costó el lunes volver a Estados Unidos con cinco dorados en el cuello. Su cuarto oro que sumar a ese bronce no se le podía resistir. De azul y rojo barras y estrellas arrancó con el doble mortal en plancha con pirueta, de la dificultad máxima en el código de puntuación. Pareció volar más alto que nunca.

En la segunda diagonal, otro doble mortal en plancha con media pirueta. En la tercera, la doble mortal y doble pirueta inaccesible al resto. En la cuarta, un mortal con pirueta que parece un trámite para ella. Y entre medias no para. Cambia la música, baila, sube y baja del suelo como si fuera de goma con sus músculos explosivos en un ejercicio cargado de energía. 15,966 puntos le dieron los jueces, la más alta en sus cuatro representaciones en los últimos diez días.

Con ella en el tapiz, la lucha de las demás era por la plata. Aly Raisman, toda una campeona olímpica, la consiguió con una valoración de 15,500 y se abrazó a Biles, su amiga, rendida ante su talento como tras la final individual, cuando lloró y se alegró de ser derrotada por ella. La británica Amy Tinkler se aprovechó de los fallos del resto con 14,933.

La tarde que despidió a Biles compensó también al ucraniano Oleg Verniaiev, víctima del japonés Kohei Uchimura en la final del concurso individual, donde fue derrotado por una sola décima tras las puntuaciones de barra. Esta vez no falló en la final de paralelas, sin moverse en las verticales, con agarres con las dos manos en una misma barra y clavando la salida. Se llevó la mejor puntuación de la tarde, 16,041 puntos, y superó al americano Daniel Leyva (15,900), que volvería a colgarse una plata después en la barra fija. El ruso David Belyavskiy encareció el podio (15,783). Falló el cubano Manrique Larduet, sin posibilidades al caerse.

La última final de la gimnasia artística en Río, la de la barra, coronó por fin al especialista alemán Fabian Hambuechen tras una plata y un oro (15,766). Se aprovechó del fallo del holandés Epke Zonderland, vigente campeón y favorito, que besó el suelo al volver de una suelta. El estadounidense Leyva vio volar otro oro (15,500) y Gran Bretaña aprovechó su siempre para los Juegos de Londres con el segundo bronce de la tarde, el de Nile Wilson (15,466).

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Sobre el autor
Ismael Pérez
25 años. Periodista. He cubierto los JJOO de Londres y Sochi para Somosolimpicos.com y los grandes campeonatos de atletismo desde 2011, en Praga y Ámsterdam como enviado especial. @Ismael_Prz