Severiano Ballesteros: “El jardinero mágico de Pedreña”

En el fondo de un cajón de mi casa que abro cada vez que necesito reordenar mis sentimientos, descubrí hoy un viejo rincón olvidado en el que un misterioso funcionario que dirige la oficina de objetos perdidos de mis sueños, me devolvió una pluma desvencijada y seca de gran valor sentimental que cargo y relleno con la tinta azul de un bello recuerdo.

Severiano Ballesteros: “El jardinero mágico de Pedreña”
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Por Mariano Jesús Camacho

Un recuerdo azul que surge de las cantábricas aguas de Pedreña, una pequeña Villa situada al sur de la Bahía de Santander en la que un pequeño llamado Severiano nació un 9 de abril de 1957. En el seno de una modesta familia que llevaba en su mapa genético la fuerza y suavidad del mejor swing europeo de la historia de un deporte que descubrió para muchos de nosotros. Y es que al menos en mi caso, para mí aquel deporte que inventaron los pastores escoceses en el siglo XV, era absolutamente desconocido. Perdonen mi ignorancia pero hasta la llegada de Seve, los términos tee, calle, swing, green, hándicap, hoyo, grip, putt, caddie y demás, pertenecían a un mundo desconocido y vinculado a las altas esferas sociales que mataban su tiempo libre dando golpes a una pelota en un campo de hierba.

Un joven llamado Severiano Ballesteros, hijo de jardinero y sobrino de Ramón Sota -uno de los mejores golfistas de Europa durante la década de los 60-. Aquel que nos enseñó a ganar y a vibrar con un putt, ese mismo que con su caballerosidad nos educó en la grandeza del deporte, saber ganar, saber perder, respetar al rival y hacer compatible la competitividad con la naturaleza positiva y bondad de su persona. Seve descubrió al gran público la belleza de un deporte para el que había nacido y que practicaban todos sus hermanos en su Pedreña natal.

Bella localidad que la familia Ballesteros Sota acabó consolidando como uno de los rincones de la Europa Continental con mayor tradición de golf. Cuentan que en aquella pequeña Villa, Seve con un hierro tres que le había regalado su hermano Manuel comenzó a crear e inventar golpes marca de la casa con los que dominó con autoridad el golf europeo y mundial de su época. Un golfista de leyenda que con tan solo diez años en su primer torneo de caddies hizo 51 golpes en 9 hoyos del Real Golf de Pedreña, comenzando con un 10 en el primer hoyo -un par 3-. Así comenzaba su magisterio y su leyenda hacia los dieciocho hoyos eternos en los que convirtió su vida y profesión. Con 13 años ya hacía vuelta de 65 golpes y aunque el club de golf se encontraba a tan solo 100 metros de su casa no lo tuvo fácil para practicar aquel deporte que tanto amaba. Con la luna como cómplice y testigo convirtió las arenas doradas de la playa de Pedreña en campos verdes repletos de calles, greens e inmensos bunkers en los que perfeccionó la fuerza y oscilación mágica de su swing, el sutil golpeo de sus muñecas y la posición de su espalda, cabeza y pies.

Todo para cumplir su gran sueño, convertirse en profesional y emular a uno de los que fue sus primeros grandes ídolos: Gary Player. Un sueño que hizo realidad el 22 de marzo de 1974, cuando a la edad de 17 años se convirtió en profesional, momento a partir del cual experimentó una espectacular progresión que le consolidó en 1976 como una de las más firmes promesas del golf. En aquel Open británico disputado en Royal Birkdale, compartió honores con el legendario Jack Nicklaus y Johnny Miller, acabando en segunda posición y asombrando al mundo con su chip, su calidad, y la precisa mirada de un golfista que con ella hacía viajar a control remoto la bola.

El deporte español y el gran público descubrieron entonces a uno de los mejores deportistas de su historia, un tipo de mirada clara y noble que nos guió con su talento por las calles del Masters de Augusta de Georgia, el US Open, el Open británico de St Andrews y el campeonato de la PGA. Aquellas calles en las que consiguió sus dos chaquetas verdes –en 1980 y 1983- y sus tres Open Championship- 1979-84-88, además de un envidiable palmarés, pero por las que sobre todo paseó su magisterio, leyenda y caballerosidad.

Un gran campeón dentro y fuera del green, de los que dejan huella y el personaje que logró cambiar el concepto previo que la mayoría de nosotros tenía sobre el golf. Un bello recuerdo su juego, un sueño su carrera y pura magia su swing. Nada más nada menos que 87 títulos sobre sus hombros y su castigada espalda, aquella que en julio de 2007 -en la localidad escocesa de Carnouistie- le obligó a tomar la que según sus propias palabras constituyó la decisión más dura de sus por entonces cincuenta años de existencia: abandonar el circuito que le había convertido en un deportista privilegiado y un hombre inmensamente feliz.

Ese mismo que sembró de campos de golf y afición la geografía española, y por el que brotan espontáneos sentimientos de admiración de nuestros hoy corazones heridos. Todo un luchador, un maestro que con su gesto humilde y noble nos hizo vibrar con un deporte de ricos.

Severiano Ballesteros, el personaje que abre hoy la carpeta de los sentimientos y perfila con su hierro tres de su hermano Manuel cuatro líneas de recuerdo azul sobre hojas amarillentas, aquellas que sirvieron para escribir a fuego la leyenda del jardinero mágico de Pedreña.

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Sobre el autor
Mariano Jesús Camacho
Diez años escribiendo para medios digitales. Documentalista de la desaparecida web Fútbol Factory. Colaboré en la web deportiva italiana Sportvintage. Autor en El Enganche durante casi cuatro años y en el Blog Cartas Esféricas Vavel. Actualmente me puedes leer en el Blog Mariano Jesús Camacho, VAVEL y Olympo Deportivo. Escritor y autor de la novela gráfica ZORN. Escritor y autor del libro Sonetos del Fútbol, el libro Sonetos de Pasión y el libro Paseando por Gades. Simplemente un trovador, un contador de historias y recuerdos que permanecen vivos en el paradójico olvido de la memoria.