Red Bull se ha convertido en una de las escuderías más potentes de la historia de la Fórmula 1. El equipo austríaco dominó durante cinco temporadas la parrilla de salida de la máxima categoría del automovilismo, y no fue por casualidad. La escudería energética ha contado con dos de los mejores pilotos y ha convertido en tetracampeón del mundo de Fórmula 1 a Sebastian Vettel, que dominó de principio a fin en las carreras durante cinco temporadas y fue el mejor piloto de la parrilla mientras estuvo protegido por la disciplina dirigida por Christian Horner, aconsejado por el doctor Helmut Marko, y con uno de los mejores ingenieros de la historia, el británico Adrian Newey.

El ex de McLaren ha convertido su trayectoria en todo un ejemplo para todos los que rodean el mundo de la Fórmula 1. Su trabajo se ha convertido en uno de los más complicados, especialmente cuando termina la temporada, en la que tienen que diseñar el coche y los ingenieros trabajan duramente para crear un monoplaza competitivo. Con Red Bull, dio un paso más y se ha convertido, sin ninguna duda, en el mejor de su oficio, y es por ello, que cualquier equipo ha querido contar con sus servicios. Un ejemplo de ello es Ferrari, que estuvo cerca de llevárselo de la escudería energética e incorporarlo a la fábrica de Maranello para intentar vencer a Mercedes, pero, Red Bull, estuvo rápido para quedarse con el ingeniero que más trabajo ha hecho por ellos.

Vettel y Webber, disputas salvajes

"Fue una pena lo que sucedió en 2010 y después, porque Mark y Sebastian aportaron mucho al equipo en diferentes áreas, especialmente en ingeniería", afirmó Newey sobre las constantes disputas internas que se sucedieron entre Vettel y Webber a partir del 2010, y especialmente, con la orden de equipo 'Multi 21', que el alemán ignoró y que enfadó especialmente a su compañero de equipo, y abrió una brecha imposible de cerrar dentro de Red Bull, que se posicionó claramente a favor del cuatro veces campeón del mundo.

"Mark era muy sensible a la aerodinámica, Sebastian era muy sensible a los neumáticos, los mapas de motor y el equilibrio del coche en curvas lentas. Se complementaban genial desde el punto de vista de la ingeniería", manifestó el ingeniero sobre el trabajo que realizaron ambos corredores en el campo de la ingeniería, colaborando con él para mejorar el monoplaza y convertirlo en uno de los mejores, o el mejor de toda la parrilla de salida.

Las disputas internas fracturaron al equipo, y eso fue una pena para Newey, que les comparó con uno de los grandes duelos de la historia: "Sebastian era muy joven y era bastante agresivo y Mark tenía más experiencia, pero tal vez no tenía la gran velocidad que podía alcanzar Sebastian . Pudo haber ocurrido como la batalla entre el joven Prost y el veterano Lauda, y fue una pena que no ocurriera así".

"Mark, en los difíciles años 2007 y 2008, fue un pilar muy importante del equipo. Y en muchos aspectos habría sido grandioso que hubiera ganado el campeonato de 2010. Pero su intensa rivalidad con Sebastian le hizo perder, especialmente en la carrera en lluvia en Corea, donde trompeó. Creo que quería demostrarle al equipo que podía ser tan rápido como Sebastian, pero perdió el mundial", concluyó.