Luego de haber dado el regreso más grande en un Super Bowl y haber derrotado a los Atlanta Falcons el pasado 5 de febrero en Houston para así lograr su quinto Vince Lombardi, los New England Patriots son, sin duda alguna para muchos, los grandes favoritos para repetir su llegada al Super Bowl que se llevará a cabo en Minnesota.

Las casas de apuestas no paraban, incluso desde la off season daban por favoritos a los Patriots de llegar sin problema alguno a Minnesota de manera invicta y, aunque la temporada recién empezó y va en su tercera semana cumplida, New England comenzó con el pie izquierdo al caer ante los Kansas City Chiefs, en partido que marcó el kick off  en la semana 1.

El funcionamiento del equipo tanto en ofensiva como en defensiva fue discreto en ese partido y no fue hasta la semana 2 ante los New Orleans Saints cuando Tom Brady y compañía lograron la victoria con un gran desempeño de la ofensiva. Pese a que este encuentro los Patriots lo ganaron con un amplio marcador, 36-20, fueron demasiadas las inconsistencias en defensa que los pupilos de Bill Belichick tuvieron.

La semana 3 no fue la excepción; luego de perder contra los Texans en la semana 2 de la pretemporada 2017, New England y Houston se veían de nuevo las caras el pasado domingo en Fóxboro. El resultado terminó favorable a los Patriots, aunque solamente con una ventaja de tan solo tres puntos, algo que no era característico de los actuales campeones desde hace un par de temporadas.

New England marcha con una marca aceptable: 2-1, sin embargo, ¿por qué le cuesta tanto sacar un resultado favorable?

Ofensiva de lujo, pero escasez en su retaguardia

Está mas que claro que la filosofía de Nueva Inglaterra y en especial de su HC, Bill Belichick, es el no contar con "estrellitas" en el roster. BB es un experto en sacarle el jugo a un jugador promedio para hacerlo estrella o al menos parte fundamental en el funcionamiento del equipo, ya sea en la ofensiva, defensiva o en los equipos especiales. Para muestra solo basta echar un vistazo al reciente Draft 2017, donde tuvo su primera selección en la ronda dos de éste al haber canjeado su Pick 32 de ronda uno a los Saints por el WR Brandin Cooks.

Además de Cooks llegaron al equipo los RB: Rex Burkhead y Mike Gissilee y el TE Dwayne Allen, además del OT Antonio García quien fue seleccionado en el Draft, solo por mencionar algunos, quienes reforzaron una ofensiva que de por sí ya era un lujo al lado de jugadores como los WR Julian Edelman, Danny Amendola, Chris Hogan y Matthew Slater; el TE Rob Gronkowski; los RB: Dion Lewis, James White y Brandon Bolden, entre otros.

Con una ofensiva de lujo, comandados por un QB Tom Brady en gran nivel físico y deportivo, los Patriots son sin duda una máquina aplanadora en puntos anotados al rival, pero New England cometió un grave error: perder figuras importantes en la defensiva.

La que desde hace un par de temporadas era una retaguardia "aceptable" hoy ha perdido fuerza con la partida de algunos jugadores elementales. Como se ha dicho con anterioridad, Bill Belichick es un HC que pone los intereses del equipo antes que los beneficios propios del jugador (hablando en cuestiones monetarias).

Al término de la temporada 2015, el LB Chandler Jones dejó New England para recaer en los Arizona Cardinals, un movimiento que sin duda alguna sorprendió a propios y extraños, sobre todo porque Jones era uno de los pilares en la retaguardia de los Patriots.

Con Jones fuera del equipo, los Patriotas perdían un pass rusher, el mejor quizás del equipo; un jugador que era plurifuncional en el sistema de Belichick y que brindaba versatilidad al momento de defender. Al lado de Jamie Collins (quien también saldría meses después del equipo), la presión al QB rival era segura. Su salida se dio más que nada al tema económico ya que Jones entraba en su último año de contrato y posteriormente una renovación de al menos unos 7 millones de dólares por temporada, era casi imposible conociendo la filosofía de los de Fóxboro.

Si esto era un golpe mediático a la defensiva de Nueva Inglaterra, la salida de Jamie Collins afectaría también. Antes del cierre de traspasos en 2016, los Patriots anunciaron la partida del Linebacker a los Cleveland Browns a cambio de una tercera ronda compensatoria en el Draft 2017.

Al igual que Jones, Collins salió del equipo en ese entonces cuatro veces campeón del Super Bowl por cuestiones económicas, ya que al terminar su contrato pediría mucho dinero por renovar. Dicho con anterioridad, esto no forma parte de la filosofía de New England, además que decidieron apostar por gente más joven como el LB Dont'a Hightower y el CB Malcolm Butler.

Sin el LB, ahora parte del roster de los Browns, se perdía aún más en el juego de presión al Quarterback rival, además que era uno de los mejores en hacer coberturas desde las esquinas. En los Field Goal, Collins era experto en el bloqueo de los mismos y así impedir que sus contrincantes anotaran por esta vía. Con la salida de ambos, la presión como LB en aquel entonces recaía en dos figuras: DE Rob Ninkovich y LB Dont'a Hightower, aunque al primero el tema de lesiones y una suspensión de cuatro partidos por el uso de sustancias no permitidas por parte de la NFL lo alejaron por mucho tiempo de los emparrillados, algo que adolecía el equipo de Nueva Inglaterra.

Tras campeonar el pasado 5 de febrero en Houston al vencer 34-28 a los Atlanta Falcons, la restructuración en la defensa se volvió a dar, principalmente con el retiro de Ninkovich. Su salida afectaría en demasía ya que, además de perder a uno de los especialistas en frenar el juego en carrera del rival, los Patriots perdieron liderazgo, ya que Ninkovich en la etapa final de su trayectoria era uno de los capitanes del equipo.

Si esto fuera poco, durante la off season se confirmaron las bajas del CB Logan Ryan, quien partía a los Titans; además LB Barkevious Mingo y DE Jabaal Sheard terminaron recayendo en los Indianápolis Colts, y DE Chris Long, quedando solo en el equipo una defensa comandada principalmente por Dont'a Hightower, Trey Flowers y Malcolm Butler, además -con algo de renombre- llegaría CB Stephon Gilmore, proveniente de los Bills, así como el DE Lawrence Guy, ex Ravens.

Si bien, en nombres suenan como una defensa "aceptable", en la actual temporada no han establecido un juego terrestre apropiado; la presión al QB rival es escasa y los LB no han sabido corresponder a las necesidades, haciendo que las jugadas que facilmente serían de trámite terminen convirtiéndose en jugadas de engaño y culminen permitiendo demasiados puntos, quizá los mismos que la ofensiva de NE anota. Lo que en New England la temporada pasada era hasta hace poco la defensa número 1 en puntos permitidos, hoy en día -o al menos esta temporada- ha dejado de serlo. 

El juego aéreo del rival también ha sido una dolencia y practicamente al mariscal de campo rival le dan tiempo de más para culminar su jugada. Las coberturas no son las indicadas y todo recae en un jugador: Trey Flowers, además un punto en contra es el bajo nivel que han mostrado Malcolm Butler -quien quizá siga con su novela de salir del equipo- o Patrick Chung para el libro de jugadas defensivas de Matt Patricia.

En la actual temporada han permitido un total de 111 puntos en su contra, lo que la temporada pasada cuando levantó el cetro de campeón a la semana 3 había solo permitido solamente 45; blanqueando al rival Houston Texans 27-0 precisamente en la semana tres en 2016.

Para mermar aún más esto, Hightower no ha estado en el nivel físico deseado y al menos en la actual temporada se ha perdido la semana 2 y 3, sin contar la baja de CB Cyrus Jones, quien estará fuera todo el año por una lesión en la rodilla derecha. Quizás éste último no era un titán en el juego defensivo de los de Bellichick, sin embargo al no tener  tantas opciones de recambio, los Patriotas pierden mucho y no solo en el juego defensivo, si no en equipos especiales ya que Jones se perfilaba como el número uno para retornar las patadas de despeje, algo que usualmente hacía Julian Edelman -también en la lista de lesionados y perdiéndose todo el 2017-.

El efecto Edelman

A pesar de contar con una ofensiva de ensueño y que con las contrataciones y selecciones se cree que los Patriots son una máquina aplanadora, la baja de Julian Edelman por lesión en el juego de pretemporada ante los Detroit Lions afectó en lo anímico y en el sistema tanto de Belichick como de Josh McDaniels.

Edelman es una de las piezas importantes del rompecabezas para BB. Su compenetración con Tom Brady era fabulosa en el juego aéreo, Edelman obtuvo 98 pases para mil 106 yardas la temporada pasada, marca más grande de los Patriots. Además Edelman era el especialista en regreso de los punts, gracias a su facilidad de desmarque y velocidad que lo caracteriza y, por si fuera poco, la hacía de segundo Quarterback si era necesario.

La baja de JE11 sin duda afectó a Tom Brady y compañía, quienes se acostumbran a hacer de su ausencia uno de sus puntos a favor, empezando a consolidarse poco a poquito desde el duelo de semana dos vs los Saints.

Los New England Patriots seguirán siendo de los favoritos para llegar a Minnesota, eso claro está, pero Bellichick y su equipo de trabajo deberá reforzar la línea defensiva si es que quiere refrendar de manera cómoda su título de Campeón, ya que solo ha enfrentado una ofensiva algo estable como la de Kansas City y aún le falta por verse las coras con ofensivas top como la de Atlanta o Pittsburgh.