Ni el cansancio ni la acumulación de partidos pueden frenar a Andy Murray. El de Dunblane debutó este mediodía en Roma con la moral por las nubes y con la duda de si sus piernas responderían de la misma forma que lo está haciendo su juego. El partido comenzó a un ritmo muy elevado. En los primeros compases ninguno de los dos tenistas dió opciones al rival con su saque.
Chardy salió inspirado. Todo lo que hacía lo hacía bien. Pero ni eso fue suficiente para minar la confianza de un Andy Murray que a medida que avanzaban los juegos arrinconaba más y más a su rival. Un despiste de Chardy en el séptimo juego fue suficiente para que Murricane lograse el ansiado break que terminaría siendo definitivo (6-4).
El segundo set comenzó de la misma forma que el primero, pero en esta ocasión la gasolina se le acabó antes al bueno de Chardy. Murray, que lleva la solidez por bandera, aprovechó una serie de errores infantiles del francés para lograr el break. Fue entonces cuando Jeremy bajó los brazos. El resto del partido fue coser y cantar para Andy, que cerró la manga y el partido por 6-3.
Murray entre los favoritos y Chardy no levanta cabeza
En su debut, Andy deja muy buenas sensaciones, que unidas a las victorias en Madrid y Múnich ponen su nombre entre los favoritos a alzarse con el título en el Foro Itálico. Murray se verá las caras en la siguiente ronda con el ganador de duelo francófono entre el francés Jo-Wilfried Tsonga y el belga David Goffin.
Chardy por su parte volvió a dar muestras de irregularidad. Una irregularidad que le lleva condenando toda esta temporada, en la que suma más derrotas que victorias (11-13).