Gael Monfils consiguió imponer la lógica y su ranking superior para vencer a Daniel Evans por 6-4, 3-6 y 6-1, en un partido que se le descontroló por la combatividad del tenista británico, que salió a la pista sin complejos y con un tenis muy ofensivo.
Evans jugó al ataque durante todo el choque, tanto de derecha como de revés, buscando golpes paralelos con los que desbordar a su rival. Monfils, por su parte, se defendía a las mil maravillas y aprovechaba sus oportunidades para contraatacar. El parisino siempre se encuentra cómodo en el fondo de la pista, razón por la que planteó un encuentro con peloteos largos.
Monfils rentabilizó su rotura inicialEl partido comenzó con un break tempranero para Gael Monfils, que sacó con potencia en sus juegos de servicio y movió a su rival por la pista, sin dar opciones a Evans al resto. El parcial llegó así a su final, en el que al francés no le tembló el pulso, y se estableció un 6-4 en el marcador.
Un segundo set de locura
El segundo parcial fue una auténtica locura, pese a que comenzó de igual forma que el primero. Monfils rompió y sacó para consolidar su break, pero Evans consiguió la réplica con un juego en blanco al resto.
El set tomó un nuevo rumbo con otro break para el británico en el cuarto juego, que sacó para establecer el 4-1 en el marcador. Sin embargo, una vez más, Evans no supo hacer válida su ventaja y Monfils contraatacó. La segunda manga vivió su punto de inflexión con una nueva contrarrotura para Daniel, en el que ya era el tercer break consecutivo, y que resultó ser definitivo, ya que por fin completó un juego sólido al servicio y logró llevar el partido a un tercer set, tras ganar el segundo por 6-3.
La tercera manga llegó con la incertidumbre de si Evans conseguiría mantener su altísimo ritmo de juego. El británico venía de jugar un gran segundo set, con un tenis ofensivo y plantándose en la media pista para terminar los puntos. Sin embargo, pareció desfondarse al inicio del parcial definitivo, circunstancia que aprovechó Monfils para lograr una rápida ventaja. El francés siguió a lo suyo, defendiéndose con clase y soltó más sus golpes de derecha, con los que lograba desbordar a su rival desde el fondo. Monfils consiguió un segundo break que le dejó el partido muy cuesta abajo, y una vez más no se amilanó a la hora de cerrarlo. Tras levantar una bola de break en el juego definitivo, consiguió derrotar a Evans por 6-4, 3-6 y 6-1 y avanzar a la siguiente ronda.