Segundo lunes de competición en ‘Flushing Meadows’, lo cual es sinónimo del comienzo de la particular ‘segunda semana’, una etiqueta que lleva implícito el significado de que “si se ha conseguido llegar hasta este punto de un Grand Slam, es que el trabajo se ha hecho bien y se ha cumplido con el objetivo”, en el caso de los favoritos. Para otros jugadores, como puedan ser Carreño o Rublev, estar en este tramo del torneo, es más que un premio.
Roger Federer se plantó en la segunda semana del US Open habiendo ido de menos a más y pasando tragos muy muy duros y es que sufrió bastante ante el debut ante el local Frances Tiafoe y dos días después con el ruso Mikhail Youzhny, con quien llegó a estar dos sets a uno abajo. Después, ante Feliciano López, en lo que fue su mejor encuentro hasta el momento, Federer lograba alcanzar los octavos de final.
La ‘Lista Negra’ de Federer
El rival del ganador de veinte grandes iba a ser el alemán Philipp Kohlschreiber, trigésimo tercer cabeza de serie gracias a la baja inesperada de última hora de Andy Murray. El teutón es un miembro de la denominada ‘Lista Negra’ de Roger Federer, una lista en la que ninguno ha sido capaz de vencer un solo partido al tenista de Basilea. En el caso de Kohlschreiber, eran once las victorias, aunque eso no es nada para las 17 ante David Ferrer o Mikhail Youzhny. Jarkko Nieminen con 15 y Feliciano López con doce, completan esta lista a la que nadie le gustaría pertenecer.
Federer decide cuándo llevarse el set
Se dilucidó un bonito intercambio de golpes entre dos tenistas de similares características, lo cuál era sinónimo de que se esperaba una entretenida velada. El alemán salió sin temor, situado muy encima de la línea de fondo para no ceder la iniciativa y se mostró peligroso a base de servicios potentes y grandes derechas.
Puso al suizo en apuros, pero Roger, en una sucesión magnífica de buenos saques y en una muestra de control de la situación, solventó los problemas. Después, sabiendo que era el momento de imprimir una marcha más, Federer quebraba el saque del alemán para ponerse por delante. Sin excesivos contratiempos, el de Basilea se adjudicaba el primer parcial en poco más de media hora de juego.
En el segundo set, el dominio y control de Federer fue en aumento. Desde muy pronto, el suizo quiso poner tierra de por medio y abrir brecha en el marcador. Federer bailaba sobre la pista Arthur Ashe ante la mirada de un Kohlschreiber que, pese a que bajó algo el nivel, poco más podía hacer ante semejante recital de tenis. Propiciando los errores del alemán, el cinco veces campeón en Nueva York daba otro golpe y se llevaba el segundo set. Hegemonía total del suizo.
La tónica que llevó el tercer set fue muy parecida a la del primero. Tras ese momento de apagón que sufrió el alemán, el choque volvió a entrar en una dinámica igualada. Pese a que Kohschreiber se mostró decidido, Federer tuvo sus opciones, pero gracias a una lección brava, el tenista teutón mantenía el tercer set parejo y se mantenía a la espera de poder encontrar un resquicio en un Roger que estaba dando su mejor versión en lo que va de torneo.
Finalmente, tanto va el cántaro a la fuente... Que se acabó rompiendo, nunca mejor dicho, en el servicio del alemán. Con todo a su favor, Federer no desperdició la oportunidad y selló su pase a cuartos de final tras deshacerse de Philipp Kohlschreiber por el resultado de 6-4 6-2 y 7-5. Chocará con Juan Martín Del Potro en lo que se presenta un atractivo duelo de cuartos de final.