En el comienzo del encuentro, ambos equipos compartieron la posesión de la pelota, pero sin llegar con posibilidades de gol al arco contrario. En el ataque de River Plate se destacó (sobre todo en esta primera mitad) Santiago García, quien metiéndose entre los zagueros tricolores cedió balones para los extremos (tanto para Martín Alaníz, como para Alexander Rosso) y estableció buenas combinaciones con Bruno Montelongo.
En el minuto 24, Martín Alaníz se escapó por la banda izquierda, lanzó un centro pasado (tras un mal rechazo de Diego Polenta), el balón rebotó en Alfonso Espino y el “Morro” convirtió un golazo de tijera para abrir el marcador. Nacional no pudo reaccionar en todo el primer tiempo, ya que River le retenía a los laterales, dejando a sus tres atacantes en la ofensiva. Además, fueron una constante los pases de primera, estableciendo triangulaciones que hicieron titubear a la defensa locataria.
Cuando comenzó el segundo tiempo, se pudo ver un gran cambio en la filosofía de juego de los albos, ya que presionaron más arriba en el campo y ya no dejaron que el mediocampo y la delantera albirroja se conectaran tan fácilmente. Igualmente, “La Dársena” se mantenía abroquelada en la mitad del campo, con un muy buen trabajo de Ángel Rodríguez, quien con un gran posicionamiento y constantes quites de balón, pudo mantener a su equipo firme los primeros 25 minutos.
Pero existió un quiebre en el encuentro. A los 78’ un despeje sobre la línea de gol, evitó lo que hubiera sido el gol de Alejandro Barbaro (quien ingresó unos minutos antes); esto motivó a los tricolores, quienes se lanzaron aún más al ataque y lograron convertir tres minutos más tarde su primer gol. Un centro desde el borde del área dirigido por Carlos de Pena dejó sólo a Rodrigo Amaral en el segundo palo y se abrió el marcador para los dirigidos por Gustavo Munúa.
Tanto insistió Nacional, que encontró su recompensa a los 88’, cuando una mala salida de Gastón Olveira (quien había tenido un notable encuentro) dejó de cara al gol a Santiago Romero y éste con un disparo mordido desde el borde del área hizo que el balón entrara picando hacia la portería darsenera.
Gracias al cambio que sugirió la presión del equipo en la segunda parte y los ingresos de Barbaro y Amaral, Nacional pudo remontar el encuentro. Igualmente, queda mucho por corregir y replantear, ya que lo visto en la primera mitad no le alcanza a Munúa y compañía para lograr sus objetivos.