La contracrónica: a los 'Once Hermanos' sólo los van a ver sus papás

¿Existe lógica alguna para explicar el hecho de contar con una pésima entrada cuando el Necaxa aumentó su racha invicta en casa, además de posicionarse como la mejor ofensiva en lo que va del torneo? ¿Por qué la gente no va a ver a un cuadro ganador? Para el Necaxa esto no es novedad, pero particularmente hoy, se siente más.

La contracrónica: a los 'Once Hermanos' sólo los van a ver sus papás
(Foto: Juan Cerros)
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Por Daniel Rojas

¿Por qué razón no se iría a ver a un equipo que lleva una racha invicta en casa, con un futbol emocionante (tomando en cuenta los aspectos buenos y malos que ello implica) y que, otra vez, ganó con una gran actuación de los nuevos fichajes,  siendo, en general, un buen conjunto?

¿Será que en las empresas se doblaron los turnos laborales, que hoy no fue un día propicio por los astros para asistir al campo, que un sentimiento de flojera inundó a la población en general, simple apatía, o de plano es uno de los grandes misterios del tercer milenio futbolístico? 

El hecho de que el Estadio Victoria haya estado tan vacío como la costumbre ha definido en los últimos años, después de registrar buenas entradas para sus parámetros, sin que exista una razón futbolística de peso para ello es, sin duda alguna, algo por lo que la afición del resto del país, particularmente la de la Ciudad de México, tiende a escandalizarse, aunque en realidad ellos trataban al equipo más o menos igual.

¿Cuáles habrán sido los criterios con los que se guiaron los responsables del traslado de sede, para elegir precisamente a Aguascalientes como nueva casa de 'Los Rayos', siendo la premisa de este movimiento la búsqueda de una afición arraigada y leal?

La ciudad de Aguascalientes, ya se ha escrito, es una plaza tranquila por sí misma, que carece de esas denominaciones de origen en donde encontramos a ciudades donde la vida no vale nada, por ejemplo, o que están trazadas por los ángeles, en una sola noche, o que son la puerta de la patria, o que son el mismísimo ombligo de la luna, capital del mundo y centro del universo. Nada de eso.

'Agüitas' solamente es la ciudad de la gente buena. Gente buena que no va a apoyar a su equipo, claro está, aunque éste lleve un paso positivo en el torneo y que está demostrando que se afianza, a pesar de ser el equipo que más altas y bajas tuvo en el mercado veraniego. 

Gente que no va a ver al Necaxa dándole la vuelta al Tijuana.

Que no va a ver a Quiroga sentenciando con un cabezazo igual al que lo llevó de Curicó a Aguascalientes.

Que no va a ver a Salas y a Delgado rompiendo la defensa rival y aumentando sus bonos en cada quiebre.

Que tampoco ve a González salvando en la raya, ni a Gallegos dirigiendo el juego en el medio campo, del modo que le ha permitido ser el último jugador en el equipo desde el descenso y perfilándose a ser el mejor referente del necaxismo contemporáneo. 

La capital del cuarto estado más pequeño de México es una sede tradicionalmente taurina, eso es de sobra conocido, pero, en cuanto a futbol, no sería descabellado mencionarla como de las más apáticas. Esta tarde quedó patente.

Como un lúgubre dato curioso, el mismo criterio aplica para el baloncesto y el beisbol, deportes que también se practican de forma profesional allí.

Atrás quedaron los tiempos en los que se hablaba del rechazo casi innato de la sociedad hidrocálida hacia el equipo chilango, y no queda decir que el Necaxa no es de esa tierra, ya no.

Necaxa es de Aguascalientes, para beneplácito y pesar de unos y otros, ¿por qué la afición no responde como cabe esperar que lo haga? ¿No dicta el sentido común que es lógico que un equipo con el paso que lleva actualmente el Club Necaxa anime a su gente a hacerse cada vez más y más presente?

¿Quizá todo esto es un lamento desesperado, puesto que, efectivamente, los relojes no coincidieron? Recordar que en otros momentos se han visto mejores entradas, aún con horarios menos futboleros.

Las particularidades de la afición necaxista son y serán un tema siempre a tener en cuenta, desde las típicas bromas sobre el poco capital humano que las gradas del Victoria generan cada quince días, hasta una cuestión de negocios y mercadotecnia. Nada se escapa al hecho de ser del Necaxa y tener la posibilidad de asistir a uno de sus juegos.

Buen futbol y mala respuesta esta tarde en una ciudad que es la capital de los gallos y los toros en el Bajío, pero del balompié, jamás.

Hoy, como ayer, y quizá como mañana, a 'Los Once Hermanos' solo los fueron a ver sus padres.