Gennady Golovkin quiere a toda costa enfrentar a Saúl Canelo Álvarez. Después de su primera pelea, el kazajo quedó con los ánimos calientes y las firmes intenciones de un segundo combate y, cuando todo estaba listo para que se llevara a cabo, vino la catástrofe. El mexicano no pasó un test antidoping y dio positivo en clembuterol, por lo cual la función tuvo que cancelarse.
Por esta razón, 'GGG' quiere asegurarse de que el boxeador de Jalisco va a salir limpio al cuadrilátero para la revancha, la cual podría darse en septiembre. Sin embargo, Golovkin no quiere subirse al ring sin antes asegurar que las condiciones son las mismas para ambos peleadores y, para ello, Canelo tendría que realizarse diversas pruebas para comprobar que no tiene ninguna sustancia ilegal en su organismo.
Tan pronto como la formalidad de la pelea que terminó el sábado por la noche; Golovkin empató a Bernard Hopkins por el récord de defensas de título mediano con 20, la atención se dirigió al mismo lugar en el que había estado antes incluso de la pelea: ¿qué pasa con la revancha de GGG con Canelo Álvarez, que se suponía que tendría lugar el sábado en Las Vegas pero se canceló porque Álvarez falló dos pruebas de drogas? Con respecto a este tema el adalín del peso medio opinó: "Estoy listo al 100 por ciento. Por supuesto, él es mi prioridad", declaró.
Una cuestión que Golovkin, el entrenador Abel Sánchez y el promotor del campeón Tom Loeffler afirmaron como una necesidad, es que Álvarez se inscriba en pruebas aleatorias mucho antes de la pelea. Lo quieren en un programa ahora, aunque no ha sido examinado desde que la pelea fue cancelada. Solo sería para prevenir otra posible cancelación de la revancha más esperada en el mundo del boxeo.