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¡Sorpresa! Álvarez noquea a Kovalev y se convierte en nuevo campeón mediopesado

El retador Eleider Álvarez venció por knock out técnico al campeón Sergey Kovalev. Así, se convirtió en nuevo campeón mundial mediopesado OMB y AIB.

¡Sorpresa! Álvarez noquea a Kovalev y se convierte en nuevo campeón mediopesado
Álvarez va al rincón blanco después del segundo knockdown. Foto: HBO Boxing.
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Por Ramiro Digier

Ni siquiera se quedó para las entrevistas. El ya (nuevamente) ex campeón, Sergey Kovalev (32-3-1, 28 KO), abandonó el recinto apenas Michael Buffer anunció el resultado de la pelea. Una pelea que sorprendió a propios y extraños. Atlantic City fue testigo de una de las grandes sorpresas del año.

Sentado frente a Juan Larena en diálogo con Combate Space, Eleider Álvarez (24-0, 12 KO) todavía parece no poder creerlo. En su cuerpo descansan los cinturones mundiales mediopesados OMB y AIB. Noqueó a la gran figura rusa en una pelea que empezó de una forma, rotó a otra con el pasar de los minutos, pero seguramente muy pocos esperaban que tuviera este final.

Había empezado muy móvil Álvarez. Utilizando mucho la cintura, metiéndose en la guardia de Kovalev, logró incomodar sobremanera al campeón, que no encontraba forma de hacer mella en la humanidad del colombiano. La segunda vuelta tuvo los mismos matices. Álvarez no sólo impidió que el ruso lo dañara, sino que además pudo anticipar los ataques de su adversario, haciéndolo “mirar el techo”.

Sin embargo, Kovalev mostró su experiencia, y al inicio del tercer asalto, se notó un cambio de actitud. Salió a atacar a su rival de forma más irreverente. Las combinaciones de golpes parecían ser el camino. Con ellas, encontró por fin la manera de dañar la humanidad del retador, que dio por primera vez en la pelea signos de amedrentamiento. Sus piernas ya no se movían con la misma agilidad que en el primer y segundo round, lo que lo convertía en un objetivo más fácil de alcanzar.

Así fue discurriendo la pelea por momentos. Kovalev ya inclinaba claramente la balanza a su favor. Debido a esa carencia de movilidad de Álvarez, el ruso hacía honor a su apodo (Krusher, de crusher, triturador). De a poco, el campeón encontraba cada vez más espacios para lastimar a su adversario, a quien parecían empezar a quemársele los papeles. Terminaba el sexto round, y ya había quienes vaticinaban un final anticipado.

Y lo hubo, pero no favorable a quien terminó siendo. Había transcurrido minuto y medio de la séptima vuelta, y Kovalev usaba su estrategia de manera tranquila. Hasta tenía la guardia baja. Se podría decir que estaba calmado. Y ese fue su fatal error. Intentando conectar un jab, Álvarez lo anticipó con un fulminante cross derecho, que dio de lleno en la sien del ruso. Fue zapateando hacia atrás, intentando mantener el equilibrio, pero sus piernas ya lo habían abandonado, dejándolo sentado en la lona.

Se levantó Kovalev, naturalmente. Pero de poco sirvió. Quedaba demasiado tiempo, y el retador ya sentía el aroma a sangre. No pensaba dejar pasar una oportunidad que podía ser única. Siguió castigando al campeón, que apenas intentaba mantener la distancia con jabs que salían por instinto, más que por verdadera intencionalidad. Hasta que el cross derecho, otra vez, lo envió a la lona, por segunda vez en el mismo asalto.

Esta vez se levantó con mucha más dificultad Kovalev. De nuevo, quizá más por instinto que por querer seguir peleando. No hizo falta mucho para que fuera nuevamente a la lona. El campeón ya no sabía ni dónde se encontraba. Y el árbitro David Fields lo advirtió. Esta vez no hubo cuenta. Automáticamente, al ver caer por tercera vez al ruso, agitó los brazos decretando el knock out.

Para Álvarez se abre un nuevo horizonte, con nuevas opciones, y un próspero futuro económico. ¿Buscará unificar? ¿O expondrá su título ante algún otro rival?

Mientras que para Kovalev, el futuro se muestra tenebroso. La naturaleza combativa del ruso indica que podría buscar una revancha con su último vencedor. Sin embargo, con 35 años de edad, el fantasma del retiro no parece algo tan ficticio como parecía hasta hace unas horas.