San Lorenzo jugaba un partido sumamente complicado con la necesidad de ganar como sea, para poder mantenerse en la lucha por el campeonato. Gimnasia vino desde La Plata a Boedo con la clara intención de llevarse los tres puntos. Sin embargo, Martín Cauteruccio, a los dos minutos del complemento, desbarató los planes del Lobo. El delantero encaró como una locomotora hacia el arco defendido por Nicolás Navarro y logró aventajar a su equipo.
A partir de ese momento, el Ciclón debió defender esa ventaja, pero el Lobo no se la hizo nada fácil. El conjunto de Pedro Troglio salió con más énfasis en busca del resultado, abriendo la cancha y enviando centros para que Nicolás Mazzola la mande a guardar. El trabajo de la defensa, que había jugado un gran partido, fue fundamental para sostener la victoria. La última línea tuvo sus puntos más altos en la zaga central conformada por Mario Yepes y Mauro Cetto. Gimnasia logró romper la línea por las bandas pero, tanto el colombiano como el ex Rosario Central, fueron fundamentales para que las acciones rivales no pasaran a mayores.
El conjunto de Boedo no fue el que mayor tiempo tuvo el balón. Pero en los pies del goleador uruguayo encontró el camino para abrir el marcador, sacando provecho de la indecisión de la defensa rival. Luego, solo debió reafirmar esa solidez defensiva que mostró a lo largo de los primeros 45 minutos. Pudo haber estirado la ventaja con algún contragolpe, ya que el complemento fue un ida y vuelta constante. Sin embargo, le faltó el último toque, al igual que Gimnasia.
Sin dudas, no fue el mejor partido del Ciclón. Pero, dada las condiciones del torneo, el conjunto de Edgardo Bauza no podía darse el lujo de perder ante el Lobo. Ni si quiera de empatar. La pérdida de puntos, significaba darle la chance a Boca de que se escape en la tabla. Este partido era uno de esos que había que ganar cómo sea... Y San Lorenzo lo hizo. El Santo venció con contundencia y fortaleza defensiva.