La extensión de la rodilla izquierda de Santos hace que su desempeño en UFC 239 sea aún más categórico porque hizo cinco rondas con el campeón semipesado Jon Jones el sábado por la noche en Las Vegas. Y lo que coronó su participación fue que el lunes, una resonancia magnética reveló que su menisco en la rodilla ya señalada y todos sus ligamentos estaban completamente desgarrados, según confirmó su equipo a los medios locales de Estados Unidos.
Asimismo su rodilla derecha, que tuvo que someterse a una cirugía a principios de este año, también transigió estropicio durante el combate cuando el brasileño compensa sus lesiones en la rodilla izquierda.
De esta forma Santos realizará pruebas complementarias en la rodilla derecha para verificar si se necesitará una nueva cirugía en dicha parte de la anatomía ya señalada; lo que deja al nativo de Río de Janeiro, que luchó tres veces en 2017 y cinco veces en 2018, a fuera del octágono hasta mediados del año 2020.
Luego de su heroica participación en dicha velada y con sus dolores opinó al respecto de lo que hizo y como quedó: “Fue una buena pelea. Estaba viendo todo, todas sus huelgas, y estaba consciente durante la pelea. Mi rodilla realmente me molestó durante la pelea. Hice todo lo que pude en las condiciones en que estaba. Luché cuatro rondas en una posición zurda, incapaz de moverme como siempre me muevo, incapaz de lanzar los golpes que suelo lanzar. No sorprendí al mundo por esas circunstancias, pero hice lo que pude hacer en esas condiciones y estoy satisfecho”.