Anoche Ginobili fue más que nunca 'Manudona' y demostró que aún le queda baloncesto en sus piernas. El escolta argentino partió como titular como baza de Gregg Popovich para frenar la estrategia de cuatro bajitos planteada por Erik Spoelstra y no les pudo ir mejor. 24 puntos y 10 asistencias llevaron su firma. Además, se convirtió en el primer jugador desde Marcus Camby en 1999 en ser titular en un partido de las finales sin haber salido de inicio en ningún encuentro en toda la temporada. 

Pero la victoria en el quinto partido no fue sólo gracias a la gran actuación del argentino. En realidad, el resto del quinteto titular estuvo más que a la altura, empezando por Tony Parker que acabó con 26 puntos y seguido por Danny Green, quien continúa sorprendiendo a propios y extraños con su nivel de MVP. Ayer se quedó en 24 tantos y un 6/10 en triples. Además, superó a Ray Allen como el jugador que más triples ha anotado en unas finales. Duncan y Leonard llegaron hasta los 17 y 16, respectivamente. Todo esto suman 107 de los 114 puntos con los que finalizaron el partido los Spurs.

Por el bando Heat destacaron Lebron James y Dwayne Wade con 25 cada uno, a los que sumaron 18 asistencias (8+10). Bosh se mantuvo en 16 pero no pudo volver a rendir en el rebote, mientras que Ray Allen resultó ser el factor diferencial con 21 y 4/4 en triples (dos de ellos con tiro adicional). Pero ni con esas Miami llegó a dominar en el marcador en alguna ocasión. 

De cabo a rabo

El partido empezó con un triple de Ginobili, quien hasta la fecha acumulaba un 3/16 en esa estadística. El argentino entró caliente a la cancha y en los tres primeros minutos ya había metido 5 puntos y repartido 3 asistencias. Se percibía en el ambiente que iba a ser una gran noche. Wade y Lebron mantenían a su equipo con sendas canastas y contraataques, pero con menos de tres por jugarse en el primer periodo, Miami se vino abajo y encajó un parcial de 12-0 en contra. 

Kawhai Leonard se quiso sumar a la fiesta del momento y con un triple casi sobre la bocina dejaba el electrónico el 32-19. Los Heat se habían estancado en los 17 puntos, llegando a estar casi cuatro minutos sin anotar. Por entonces Popovich ya había dejado claro que iba a alargar la rotación. Gracias a sus buenos minutos en el cuarto partido, Boris Diaw volvió a disponer de minutos en una final. De hecho, el francés se fue hasta los 27 minutos, superando a Gary Neal que se quedó en 20. 

En el segundo periodo pudimos ver a Green estrenarse y meter su vigésimo triple en esta fase final. Y no sólo uno, si no hasta tres consecutivos encestó en un minuto. Los Heat intentaban defender pero la circulación de bola era perfecta, siempre con un pase extra que encontraba a algún compañero sólo. Pero no duró mucho la ventaja de los Spurs y Miami empezó a devolver el parcial con el mejor Lebron, quien en un santiamén había alcanzado la quincena de puntos.

El intercambio final de canastas no terminó por beneficiarles pero al menos se fueron tan sólo nueve abajo, poco para el +17 que había llegado a tener San Antonio. 

Inconmensurable Danny Green

La segunda mitad comenzó con Miami robando balones y colocándose a dos, 61-59. Pero en apenas tres minutos la atención la volvió a acaparar Danny Green, quien con un triple de ocho metros y por encima de dos defensores lograba superar a Ray Allen como el hombre que más triples ha metido en una final con 23. Su acierto desde la larga distancia está fuera de toda lógica, incluso de toda estadística, puesto que acumula casi un 70% de acierto. Anoche, siguió en esa línea y termino con 6/10. 

Por aquel entonces San Antonio había anotado 68 puntos y su quinteto titular 64. Pero en ese inicio de tercer cuarto las pérdidas volvieron a ser un lastre para ellos, como viene sucediéndoles durante casi toda la serie. En ocho minutos perdieron cinco balones, fruto también de una gran defensa Heat. Pero cada vez que el equipo visitante se acercaba en el marcador, los Spurs pisaban otro poco el acelerador y volvían a irse. En esta ocasión fue de nuevo Manu Ginobili quien, con nueve puntos y tres asistencias en dos minutos, volvió a dar tranquilidad a todo el pabellón. 

Los últimos doce minutos comenzaron de nuevo con Miami doce puntos abajo. Y aún iba a ir a peor, puesto que los Spurs superaron la máxima anterior de los 17 de ventaja y se fueron hasta los 20 con un parcial de 19-1. Hasta cinco minutos y medio estuvieron los Heat sin anotar una canasta en juego. Esto hizo que los fantasmas y miedos del tercer partido volviesen a aparecer en Wade y Lebron, quienes empezaban a dudar demasiado con el balón en las manos. 

Pero no le ocurrió lo mismo a Ray Allen. Veterano en todo tipo de situaciones decidió meter el miedo en el cuerpo a unos Spurs que ya se las veían felices y con la victoria en la mano. El escolta de los Heat metió dos 3+1, un triple y una bandeja durante los últimos siete minutos, reduciendo la ventaja poco a poco hasta los nueve con apenas un minuto por jugarse. 

Parecía que había esperanza... Parecía. Tras un tiempo muerto, Parker hizo de las suyas con una bandeja de malabarista. En la siguiente defensa, Ginobili robó el balón y Green, a pesar del mal pase, certificó la victoria con un triple especialidad de la casa. 

San Antonio Spurs se lleva el quinto partido de las finales, último en el AT&T center. Quedan dos duelos a cara de perro en Miami. De haber perdido, la historia dice que nadie ha sido capaz de ganar un sexto y un séptimo partido fuera de casa para remontar un 3-2. Pero ganaron y ahora disponen de dos partidos para certificar el que sería el quinto título de su historia. 

Nadie ha conseguido dos victorias consecutivas en esta final. Miami no pierde dos partidos seguidos desde enero. El duelo está servido. Habrá sexto y, por el bien del espectáculo, esperemos que también séptimo.

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Foto portada: Christian Petersen / Getty Images