Ricky Rubio ha vivido la que probablemente sea la semana más loca en toda su carrera NBA. Apenas 72 horas después de que los Phoenix Suns le enviaran a los OKC Thunder para adquirir los servicios de Chris Paul, el base de El Masnou volvió a ser traspasado, esta vez con destino a la franquicia donde empezó su carrera y pasó 6 temporadas, los Minnesota Timberwolves.
Durante la noche del draft los Thunder llegaron a un acuerdo con los Timberwolves y obtuvieron el pick 17, que se materializó en la elección del serbio Aleksej Pokusevski, y dieron a cambio los picks 25 y 28, y al recién llegado Rubio.
El base ya había mostrado su descontento en redes sociales con la decisión de los Suns. Un proyecto donde parecía haber encajado y donde ha logrado los mejores registros de su carrera, con 13.1 puntos, 4.7 rebotes y 8.8 asistencias.
El regreso a Minnesota tiene un significado especial para Ricky, ha pasado allí 6 años y se reencontrará con antiguos compañeros como el pívot estrella Karl-Anthony Towns, con quien siempre ha mantenido muy buena relación, además de que ahora será entrenado por Ryan Saunders, hijo de su primer entrenador quien apostó por él en el draft de 2009, el fallecido Flip Saunders.
Los Timberwolves apostaron por Jeff Teague en 2017 y enviaron a Ricky a los Utah Jazz. Desde entonces, han sido tiempos inestables para ambos. Por un lado, Ricky, a pesar de su buen baloncesto, se ha visto involucrado en 4 traspasos en 3 años, mientras que en Minnesota se han visto obligados a recomponer su proyecto, deshaciéndose en primer lugar de Jimmy Butler y del entrenador Tom Thibodeau y, posteriormente, del alero Andrew Wiggins, a quien usaron para hacerse con el base/escolta D’Angelo Russell, la segunda pieza más importante del equipo después de Towns.
El nuevo proyecto de Minnesota es un destino mucho más ilusionante para Ricky que los Thunder en reconstrucción. Además del componente sentimental que tiene volver a la que fue su casa durante 6 años, la plantilla cuenta ahora con dos all-star, Karl-Anthony Towns y D-Lo, el primer pick del draft de este año, Anthony Edwards, y con un base contrastado como lo es el propio Rubio.