No pudo ser. Una vez más, Chris Froome termina la Vuelta a España en segunda posición y no es capaz de obtener el triunfo final en la ronda española que tanto le gusta y que tanto se le resiste. Tras un año en el que el corredor británico triunfó en el Tour de Francia sumando su tercera victoria en la ronda gala, y después de participar en los Juegos Olímpicos de Río, en los que consiguió obtener la medalla de bronce en la prueba de contrarreloj, estaba en duda su participación en la Vuelta a España debido a la proximidad entre las carreras. Sin embargo, el británico no faltó a su cita con la Vuelta a España, una carrera especial para Froome, que como ha declarado en reiteradas ocasiones, es su máximo objetivo del año después del Tour de Francia.

Tal es el amor que siente por esta carrera, que a pesar de las dudas que generaba su preparación y estado físico, de no contar con un bloque tan potente como el que le arropó en el Tour, y de encontrarse a un rocoso rival como Nairo Quintana que se mostró infranqueable durante toda la carrera, Froome no cejó en su empeño de ganar de una vez por todas su tan ansiado maillot rojo. Así, el británico se ha mostrado generoso en el esfuerzo, deleitando al público español que ha reconocido su compromiso con la carrera animándole a su paso. Ni siquiera se vino abajo cuando un corte en Formigal, en una etapa relativamente tranquila, le hizo perder 2’37” respecto a Quintana. Lo intentó hasta el final, realizando una contrarreloj impresionante, que le valió, además de ganar la etapa, para recortar 2’16”.

En Peña Cabarga comenzó todo

Froome lo intentó hasta el final / Foto: Onely Vega VAVEL.com
Froome lo intentó hasta el final / Foto: Onely Vega VAVEL.com

Resulta paradójico que la carrera que le dio un impulso decisivo a Froome, sea la que después más se le resista. En 2011, en su primera participación en la Vuelta a España Froome acudió como gregario de su compañero de equipo Bradley Wiggins. Sin embargo, tras una buena contrarreloj ysu victoria en Peña Cabarga, pudo disputar la victoria de la carrera, que finalmente se llevó el español Juanjo Cobo, entonces en el desaparecido Geox, por tan sólo trece segundos de ventaja sobre el británico. A partir de entonces, despegó la carrera deportiva de Froome, convirtiéndose en el líder del Sky, y en uno de los mejores ciclistas del panorama internacional.

Desde entonces, Chris Froome ha sido capaz de lograr tres Tour de Francia, y salvo en 2013, después de la ronda francesa, ha querido vencer en la Vuelta, la carrera que le llevó al éxito. A pesar de ello, tan sólo ha podido ser segundo en tres ocasiones. Si en 2011, Juanjo Cobo le privó del maillot rojo por 13”, en 2014 fue Alberto Contador, con 1’10” de ventaja sobre el británico y en este 2016 ,Nairo Quintana. Tampoco tuvo mejores resultados en 2012, con un cuarto puesto, ni en 2015, en una Vuelta que tuvo que abandonar tras una caída que le provocó una fractura en un dedo del pie.

A pesar del segundo puesto, participación positiva

Froome ha reconocido la superioridad de Quintana / Foto: Onely Vega VAVEL.com
Froome ha reconocido la superioridad de Quintana / Foto: Onely Vega VAVEL.com

No cabe duda de que Froome acudía a la Vuelta con la intención de ganar la carrera, y aunque una vez más no haya podido ser, el balance no es del todo negativo. El británico se lleva la victoria de dos etapas, rememorando el triunfo que ya consiguiera en 2011 en Peña Cabarga y la contrarreloj individual. Además, en la retina de los aficionados quedará grabado el esfuerzo y la entrega que siempre ofrece el corredor del Sky. No le dio la espalda en ningún momento a la carrera, protagonizando con Quintana una lucha de poder a poder, y ofreciendo un espectáculo ciclista que el público supo agradecer. Finalmente, ante la superioridad del ciclista colombiano, tuvo que reconocer y felicitar al vencedor.

Otra vez será. Froome tendrá que esperar, al menos, un año más para ganar por fin la Vuelta. Hay quien dice que la carrera se le resiste para que siga acudiendo cada año a una Vuelta a España que tanto le ha dado y a quien tanto está entregando él, con espectáculo, esfuerzo y compromiso. Mientras tanto, hasta que no consiga el maillot rojo de ganador, su amor por la carrera seguirá siendo imposible.