La escudería de las bebidas energéticas ha comenzado la nueva temporada de una manera muy discreta. Los de Red Bull no tuvieron el mejor fin de semana en tierras australianas. Después de múltiples problemas el héroe local, Daniel Ricciardo, abandonó la carrera dejando así a Max Vertappen como el único piloto de Red Bull en cruzar la meta.

El joven holandés acabó el Gran Premio de Australia en quinto lugar, dejando un sabor agridulce al equipo de Milton Keynes. Sin embargo, tal y como ha contado el holandés ha Crash.net, este comienzo no ha sido una sorpresa para él después de cómo fueron los test invernales.

“Encaré la temporada de la forma más neutral posible. Desde el primer momento en el que salí a pista en los tests, sabía que no teníamos el ritmo, así que tuve claro que no íbamos a ser competitivos al principio del año. Por eso no estoy decepcionado, porque se veía venir”, ha comentado Verstappen.

El RB13 de Verstappen en Albert Park. Fuente: Getty Images
El RB13 de Verstappen en Albert Park. Fuente: Getty Images

Al empezar la temporada con estas sensaciones, el holandés no se creó grandes expectativas para la primera carrera: “Sinceramente, no estoy decepcionado porque desde el primer día no me hice ilusiones. No soñé con que iba a mejor mucho porque nunca sabes que te vas a encontrar”, contaba el holandés.

El propulsor de Renault ha mejorado desde la última temporada, pero sigue sin ser el motor soñado por los de Milton Keynes. A pesar de ello, Verstappen reconoce que la falta de ritmo no solo es culpa del motor, ya que aún queda margen de mejora en el chasis del RB13.

“No es suficiente. Quizá mejor [el motor], pero tenemos que mejorar también en el chasis. No digo que la culpa sea del chasis, sino que ahora mismo es un cúmulo de factores. Si te falta potencia, intentas que el coche sea eficiente, lo que significa que no puedes producir tanta carga aerodinámica como otros equipos”, ha concluido Verstappen.