Este 2017 está siendo un caos. Tanto en la lucha por el mundial como en los posibles de movimientos de los pilotos a otros equipos. La “silly seasson” empezaba ya en noviembre tras la retirada de Nico Rosberg pocos días después de ganar su primer mundial de F1. Todo el mundo pensaba en Fernando Alonso como su sustituto, o en Pascal Wehrlein; pero acabó fichando por Mercedes el finlandés Valtteri Bottas.
En Red Bull y Toro Rosso es algo similar. La poca fiabilidad del motor Renault en el RB-13 de Max Verstappen hizo saltar las alarmas en el Gran Circo, pues se relacionaba al holandés con Scuderia Ferrari. Sin embargo, fue Helmut Marko, asesor de pilotos en Red Bull Racing, quien desmintió todo; alegando que “ni por 100 millones” venderían a Max.
Y el propio piloto bromeaba sobre tal cantidad en la que se había tasado su valor en el mercado, pues según el propio Verstappen, valer 100 millones es “valer más que un futbolista”, cosa que para él es “genial”. Además, Horner también habló sobre el joven piloto de 19 años.
Además, en Toro Rosso pasa lo mismo con Carlos Sainz Jr. El madrileño, consciente de que necesita dar el paso a una escudería más competitiva, admitía en el Gran Premio de Austria estar abierto a ofertas. Declaraciones que no gustaron a Helmut Marko, pero Horner declaró estar dispuesto a permitir la salida del de Toro Rosso. Incluso el propio Horner, comentaba ante Autoweek durante el Gran Premio de Gran Bretaña, que “Ricciardo y Verstappen tienen un fuerte compromiso con Red Bull” y que “nos les dejarán marchar a ningún precio”.
Situación entendible por parte de los pilotos de Red Bull, pues este 2017 ya no piensan en la lucha por el mundial, ya que se encuentran a 156 puntos de Mercedes; ocupando los de la bebida energética la tercera plaza con 174 puntos, y los de Brackley 330. Sin duda alguna, es el motor Renault, falto de la potencia necesaria para competir contra Ferrari y la marca de la estrella, lo que lastra a Red Bull en su afán por disputar un mundial, cosa que desde 2013 no experimenta.