Solo quedan cuatro días de competición para echar el telón a una nueva edición del Mundial Sub-17, y en esa carrera de resistencia que siempre es un torneo de este tipo, han alcanzado la posibilidad de estar hasta el próximo viernes cuatro selecciones de cuatro continentes diferentes. El turno de africanos, clásicos dominadores en la categoría, llegará en el segundo encuentro de la jornada de semifinales contra la inesperada Suecia. Un equipo rocoso el dirigido por Roland Larsson, que habla a las claras de cuál ha sido la tendencia una vez más.

El físico suele sacar ventaja a estas edades, algo con lo que históricamente cuenta Nigeria, aunque en el haber de estas Águilas Verdes esté la buena capacidad de improvisación técnica de algunos de sus jugadores ofensivos. Posiblemente, sea su mejor generación, en cuanto a talento puro, de los últimos años, algo que le podría otorgar la vitola de favorita antes de que el brasileño Heber Lopes haga sonar el silbato. Pero lo cierto es que su rival mantiene inalterada la etiqueta de equipo incómodo y ha dejado sobradas muestras de agarrarse a los partidos en diferentes circunstancias.

El orden sueco

Los nórdicos ya dejaron esa imagen de bloque muy físico en el pasado europeo de Eslovaquia, donde solo quedaron fuera de la lucha por el título en una larguísima tanda de penaltis ante la que a la postre sería la vencedora del título, Rusia. En esa faceta, posiblemente se mostraron como el conjunto más destacado, algo que posteriormente les ha ofrecido ventajas contra equipos livianos y menos hechos, ya en Emiratos Árabes Unidos.

Suecia es un bloque muy físico que solo cedió por penaltis en el pasado europeo

Los del Larsson forman una estructura que tira del más puro pragmatismo ante rivales a los que concede la iniciativa, como es probable que suceda ante Nigeria. Líneas juntas para defender, con su habitual 1-4-4-2, aunque su rival no debería confiarse, deduciendo algunas limitaciones técnicas. La movilidad de Berisha; los buenos gestos de Engvall; el toque de Andersson; y la conducción de Halvadzic evidencian que Suecia tiene más de lo que se le podría suponer. Y también cuenta con alguna pieza interesante en defensa, como el central Noah Sonko. Y en cuanto a las bajas, Nordi no podrá actuar por acumulación de amarillas.

Alcanzada esta instancia, ya no cabe ponerse límites. “Vamos a intentar con todas nuestras fuerzas llegar a la final. No es imposible. Hemos disfrutado enormemente en esta competición y, pase lo que pase, estaremos encantados. Por lo tanto, no tenemos nada que perder”, ha comentado el seleccionador sueco a FIFA.com. A una carta, a 90 minutos. A un paso de la gloria y enfrente, Nigeria, posiblemente la selección con más matices de las cuatro que han alcanzado este punto de la competición.

La ambición de Barga

“Los suecos deberán andarse con cuidado el martes. Aprendimos mucho sobre ellos en el último partido que nos enfrentamos, y esta vez estamos preparados para plantarles cara”. Con estas palabras que destilan ambición, Manu Barga afronta la semifinal, camino del cuarto título mundial para su país. Tampoco Barga podrá contar con uno de sus jugadores, Idowu, que también vio la segunda amarilla ante Uruguay, pero sí podrá alinear a Yahaya, Awoniyi, Alfa o Nwakali, además de su figura Iheanacho. El diez nigeriano es de esos jugadores que parecen no estar, hasta que con una acción aislada desequilibran el encuentro. Así ocurrió ante los celestes, donde abrió el partido para su selección con una asistencia genial hacia Awoniyi. Mientras, su goleador titular, Success Isaac, sigue siendo duda tras la lesión de la primera fase.

Hienacho parece no estar, hasta que decide con una acción

El mayor peligro para Nigeria sería afrontar el partido creyéndose que ya sale con un gol de ventaja, porque la euforia es algo que parece acompañarles, gracias al numeroso público que les anima desde las gradas y que les empuja a realizar unas extrañas coreografías ante la afición. Las celebraciones de Iheanacho alzando simultáneamente sus dos dedos índice ya son una de las imágenes del campeonato. El nigeriano es un conjunto algo anárquico, pero en esta ocasión depende más de su técnica que alguna de las selecciones de ediciones anteriores, eminentemente físicas.

Orden frente al talento desde la improvisación. Una selección que nunca ha alcanzado estas cotas en categoría Sub-17 ante otra que podría ganar el cuarto título para su país. Dos selecciones que iniciarán el encuentro sabiendo quién ya estará en la final de Abu Dhabi, y con esa incertidumbre, por lo que está por llegar. Minutos que estos chicos ya no olvidarán jamás.

Foto: Getty Images - FIFA.com