Han pasado exactamente cinco años. El Inter de Milán se proclamaba campeón de cinco títulos en una misma temporada. Mourinho, su entrenador por entonces, formó un bloque ganador. Un equipo que, además de tener grandes jugadores, tenía claro de qué forma se alcanzaba el éxito. Fueron cinco, como los años que han pasado desde entonces. Cinco años difíciles. Cinco años que recuerdan a los 70 o a parte de los 90 en los que el Inter no estuvo a la altura de su historia.
La temporada pasada fue la estocada final para un Inter de Milán que no había quedado fuera de competiciones europeas desde hacía 14 años. Tras Benítez, Ranieri, Gasperini y Stramaccioni, llegó Walter Mazzarri. Pero las estrellas brillaban por su ausencia para un Mazzarri que llegaba con ganas de alcanzar la gloria. Atrás quedaron los Ronaldo, Baggio, Matthäus, Eto’o, Lúcio, Sneijder, Figo, Materazzi, Maicon, Julio César o, entre otros, Ibrahimovic. El equipo debía empezar una reconstrucción.
La reconstrucción fue total. Erick Thohir, empresario indonesio, decidió comprar el club por unos 300 millones de euros. El club debía volver a lo que fue y Massimo Moratti creyó que eso sería lo más adecuado. Y así, esta temporada llegaron más de diez jugadores para crear una plantilla prácticamente desde cero.
La remodelación también se ha llevado a cabo en las mentes de los aficionados del Inter. Y es que sonará raro pero el quinto puesto es celebrado en Milán. Con cinco puntos por encima del sexto y con la Champions League descartada, parece que los de Mazzarri volverán a Europa la temporada que viene. Pero lo mejor no es eso. Los ‘neroazzurri’ están consiguiendo saber a qué juegan. Y lo tienen claro: el balón manda.
Mazzarri llegó para pilotar el cambio
Mazzarri apuesta por un equipo con bandas muy abiertas y con un Hernanes totalmente libre en el centro para desahogar al equipo. Arriba siempre estará el infatigable Palacio buscando encontrar espacios en la defensa rival. El delantero es el alma de un equipo que necesita jugadores como él sobre el terreno de juego. Junto a él está Mauro Icardi, despuntando en este final de temporada, y, justo por detrás, Hernanes, que ya es la nueva estrella del equipo.
Con tan solo una derrota en los últimos 13 partidos, el Inter parece haber encontrado la llave. Todavía está muy lejos de los números de los tres primeros clasificados pero a la mínima que dé un paso hacia adelante estará peleando por la Champions. En Mazzarri, el Inter ha encontrado un entrenador que ha conseguido un bloque de jugadores que creen en su estilo, algo que no pasaba desde Mourinho.
Es complicado catalogar la temporada del Inter en una palabra. Un quinto puesto no puede ser bueno para un equipo con tanta historia pero sí puede ser un síntoma positivo tras los años anteriores. El comienzo de temporada no fue el deseado y eso provocó aún más críticas. Con un Diego Milito mermado por las lesiones, el club estaba falto de un astro pero su puesto ha sido ocupado con creces por Rodrigo Palacio en cuanto ha podido demostrarlo.
¿Quién dijo que las transiciones fueran fáciles?
Dejar atrás a Cambiasso, Zanetti o, entre otros, Materazzi no iba a ser tarea fácil. Cambiasso, insustituible en la medular, sigue siendo un pilar para un Inter que necesita veteranía para arropar a los más jóvenes. Pasos firmes y sin precipitarse. Muchos se fueron y muchos se irán pero un club como el Inter debe estar a la altura de las circunstancias y no caer en un espiral negativo. Cinco años después de la salida de Mourinho, héroe para los ‘neroazzuri’, el club sigue tocado por la pérdida de su guía.
Como entonan sus hinchas antes de cada partido: “Forza, non mollare mai! Pazza Inter, amala (¡Vamos, no te rindas nunca! Loco Inter, ámalo)”
(Foto: alaNEWS)