Felipe Caicedo llega a Brasil con luces y sombras sobre él. Por un lado está ese delantero tan prometedor que deslumbró en el Levante y por el que pujaron equipos grandes de Europa en 2011. El emergente fútbol ruso fue su destino. Desde entonces pocas noticas hemos tenido de él en el fútbol de clubes. Su salida del Lokomotiv de Moscú, en el que nunca se llegó a aclimatar, le condujo hasta los Emiratos Árabes Unidos en el pasado mercado invernal, un  destino nada prometedor futbolísticamente hablando, pero tentador en lo económico. A tenor de su rendimiento en el Al-Jazira, cuatro goles en nueve partidos en una liga de un escalafón muy inferior al europeo, los aficionados ecuatorianos no deberían otorgar tanta confianza a Caicedo.

Sin embargo, con la 'Tri' Caicedo cambia y vuelve a ser ese delantero referente que se vio en ese paso fugaz por España, el mejor de su carrera sin duda. En la fase de clasificación para el Mundial, Caicedo fue el máximo goleador de Ecuador con siete goles y solo le superaron Higuaín, Falcao (ambos con nueve goles), Messi (diez) y Luis Suárez (once). Lo que habla de la importancia capital que Caicedo tiene para el combinado que dirige Reinaldo Rueda.

En él desemboca todo el juego ecuatoriano. Caicedo será el destinatario de los centros que desde ambas bandas pongan Antonio Valencia y Jefferson Montero. Las características del juego de Ecuador (transiciones rápidas, juego directo y peligro a balón parado) le hacen el delantero perfecto para Rueda. Capaz de aguantar el balón para la llegada de jugadores de segunda línea gracias a su altura (1,85m), de emprender aventuras en solitario y por velocidad y hacerse fuerte en el área en las jugadas de estrategia, Caicedo es la principal amenaza que encontrarán Suiza, Honduras y Francia en el Grupo E.

Por tanto, para Caicedo el Mundial de Brasil será un campeonato muy especial. Hay dudas sobre su estado de forma en EcuadorPor un lado es la primera cita mundialista a la que asiste con su país y por otra, más exclusiva de aficionados y periodistas, es la oportunidad de valorarle en un torneo competente, el más importante de cuantos se juegan. Resultaría interesante comprobar que a sus 25 años mantiene intacta la ambición por volver a despuntar en el fútbol más allá de las cifras millonarias de su contrato en la exótica liga de los Emiratos Árabes.

En definitiva, por las actuaciones de Caicedo pasan muchas de las opciones de Ecuador por hacer un gran Mundial y esa no sería otra cosa que pasar de la primera fase para después disfrutar con lo que tuviera que venir. Para conseguir mejorar la actuación del Mundial 2006, donde cayeron en octavos de final, Ecuador necesitará la mejor versión de Felipe Caicedo.