Otro partido más, y ya van unos cuantos, que el equipo italiano gana sin brillo y con lo justo. Conte no consigue que el juego de la 'Azzurra' se parezca al que practicó la Juventus bajo sus mandos; no consigue el italiano que las piezas encajen y la máquina se engrase como es debido.

El partido dio comienzo de la mejor manera posible para los locales: penalti a favor, cometido por Minev sobre Candreva y De Rossi no falla. El centrocampista de la Roma tuvo que lanzar dos veces la pena máxima debido a que en el primer intento dos de sus compañeros se colaron dentro del área. Ganando uno a cero en el minuto seis de la primera parte, todo hacía indicar que sería un encuentro plácido y dominado por los italianos. Y así fue durante unos minutos en los cuales el tanto les dio las fuerzas para presionar a los búlgaros y para crear ocasiones suficientes para haber aumentado su ventaja, pero no estuvieron acertados en los disparos a puerta los locales.

El equipo de Antonio Conte evidenció una falta de puntería alarmante, acorde con la ausencia de delanteros de primer nivel mundial en el ataque italiano. A los Del Piero, Vieri o Baggio no les han seguido ningún delantero que pueda comandar el ataque de la 'Azzurra'. Los delanteros disponibles para este partido eran: Simone Zaza, un recién llegado a la Juventus que no tiene asegurada ni la titularidad; Éder, que no es un gran goleador; Gabbiadini, que ni siquiera es delantero puro y Pellè, que ha demostrado su intermitencia a lo largo de su carrera. Las esperanzas en el pasado se depositaron en Mario Balotelli, pero su actitud dentro y fuera del campo, así como su rendimiento por los clubes en los que ha pasado, hacen pensar que mucho tendría que mejorar el ahora delantero del Milan para poder comandar el ataque transalpino. 

El equipo comandado por Ivailo Petev no supo contrarrestar en ningún momento del partido el dominio ejercido por los italianos, que las tuvieron de todos los colores para haber finalizado en el encuentro con una renta mucho mayor de la que se acabaron llevando. La más clara al tuvo en sus botas Marco Parolo en el minuto 47, pero el guardameta búlgaro detuvo el disparo del italiano.

El punto de inflexión del encuentro iba a llegar en el minuto 56, cuando el colegiado ruso mandó a los vestuarios a Micanski y a De Rossi por una pelea entre ambos. El búlgaro hizo una falta al italiano y cayó sobre él pisándole, y el italiano se revolvió y le propinó una patada. Tras las expulsiones Bulgaria se fue hacia la meta contraria sin preocupaciones, ya que los locales parecían estar más preocupados de guardar esa ventaja que de aumentarla. La tuvieron los visitantes a pocos minutos del final con un disparo desde la frontal ante el que 'Gigi' se pudo lucir con una estirada.

Concluía el encuentro y los italianos se llevaban los tres puntos, colocándose líderes y aventajando en dos puntos a Noruega y en tres a Croacia.