Debía ser el domingo de la resurrección romanista y se convirtió en aquel de la crisis. La Roma salió cabizbaja bajo los pitos del estadio Olímpico tras ser derrotada por un modesto Atalanta que le invocó nuevamente al equipo romanista los espectros de la pasada temporada.
Los ritmos del primer tiempo fueron bajos y el medio del campo estaba congestionado, sobre todo en los primeros minutos del partido. Los de Atalanta buscaron tomar las riendas del partido en los primeros tramos del encuentro, aprovechando los pases largos directo a los dos extremos. Por el contrario, la primera ocasión romanista llegó al octavo minuto con una bonita aceleración por izquierda de Lucas Digne y un centro que no logró impactar con la cabeza de Edin Dzeko, el bosnio buscó remediar dos minutos más tarde con un derechazo desde el borde del área, el tiro fue potente pero central, por ende, detenido sin dificultad por Sportiello.
Dzeko lideró a la Roma en ataque aunque no estuvo acertado de cara a puerta
La Roma creció con el pasar de los minutos y es al 17’ que Pjanic se adentró al área rival y disparó al arco, pero se encontró nuevamente con un Sportiello muy atento para detener el tiro. Transcurrieron los minutos y ambos equipos se mostraron en dificultad para anotar, el partido se tornó lento y sucio por la gran cantidad de faltas cometidas, sobre todo por los romanistas que demostraban poca serenidad.
La Roma intentó, pero no logró conectar bien el último toque, ese decisivo delante a la portería y dejó espacios al equipo adversario. Al 40’ tras un pase largo de Atalanta, Digne falló un despeje y regaló el balón a Gomez que, desde los 30 metros, inventó un gran tiro, imparable para De Sanctis y puso el 1-0, resultado con el que culminaría el primer tiempo del partido.
Los visitantes se adelantaron justo antes del descanso con un tiro imparable de Gomez
El segundo tiempo se inició con la Roma al asalto del empate, al 53’ Pjanic casi lo consigue tras rematar de cabeza, pero el tiro fue detenido increíblemente por Cigarini en la raya. Pasaban los minutos y la Roma seguía sin conseguir el empate, el equipo de Garcia alzó el baricentro, arriesgando al máximo, y nuevamente fue el Atalanta quién se mostró peligroso al contragolpe. Maxi Moralez se encontraba cara a cara con Morgan De Sanctis, pero fue bueno el portero romanista para evitar el 2-0 de los visitantes.
Garcia decidió cambiar el ataque y realizó el primer cambio con el joven Sadiq que entraba por un fantasmagórico Iago Falque. La Roma se mostró sin ideas mientras el balón vagaba por el terreno de juego y no se creaba peligro alguno de parte de ambos equipos. Al 70’ Florenzi abandonó el terreno de juego e ingresó Maicon. Diez minutos más tarde el brasileño tumbó a Gomez en el área, cometiendo penalti y ganándose la tarjeta roja de manera directa. Denis realizó el 2-0 desde el manchón de penalti, lo que trajo como consecuencia incesantes pitidos hacia el equipo local y muchos fanáticos retirándose del estadio de manera anticipada. Garcia no creía en la remontada, así que sacó a Iturbe e introdujo a Torosidis. Las únicas emociones restantes del partido serían las expulsiones de Stendardo y Grassi, ambas por doble amonestación, pero aun siendo minoría el Atalanta se mostró dominante en el terreno de juego hasta el final del encuentro.