Se cierra el telón de una de las ediciones más competidas y vibrantes de la Ligue 1 en los últimos tiempos. Una fantástica disputa por el campeonato, que llegó a abarcar hasta a tres equipos en la contienda, ha concluido con el primer cetro liguero del Mónaco en este siglo. Los hombres de Leonardo Jardim certificaron la consecución del mismo en el partido intersemanal que los del Principado tenían pendiente por jugar frente al Saint-Étienne, por lo que su visita a Rennes el sábado, que se saldó con victoria (2-3), no tenía ninguna trascendencia a efectos clasificatorios.
Los focos en la jornada de clausura de la recién finalizada Ligue 1 se centraban en la lucha por la quinta plaza, entre Olympique de Marsella y Girondins de Burdeos. Ambos conjuntos hicieron, además, el papel de jueces en la batalla por la salvación, pues se medían a Lorient y Bastia respectivamente, dos de los equipos implicados en la lucha por evitar caer a los infiernos y que corrieron distinta suerte. Junto a ellos, un Caen que visitaba el Parque de los Príncipes, el Nancy y el Dijon pelearon por evitar las últimas plazas de la clasificación.
Una segunda vuelta de muchos quilates
Si bien, como ya se ha apuntado, el encuentro entre Rennes y Mónaco no albergaba excesiva trascendencia, sí ha servido para apuntalar los excelentes números que, especialmente desde enero, ha venido realizando el campeón. La victoria por 2-3 de los hombres de Leonardo Jardim sirve para cerrar de un modo inmejorable una segunda vuelta en la que el casillero de derrotas ha quedado vacío. 17 victorias y tan sólo dos empates -ambos a domicilio- contemplan a un bloque que ha sumado, pues, 53 puntos de 57 posibles en la segunda mitad de curso, en la que se ha consolidado un once de gala que brilló con luz propia en Europa y que fue coronado con la explosión del precoz Kylian Mbappé, destinado a escribir grandes tardes de fútbol en la élite.
El galo lideró, junto a Radamel Falcao, un ataque que ha visto puerta en 37 de los 38 partidos de liga esta temporada, siendo fundamental para destronar al equipo que parecía destinado a marcar una época de triunfos muy duradera en Francia, el PSG. Tras cuatro entorchados consecutivos de la mano de Carlo Ancelotti y Laurent Blanc, la destitución del ex seleccionador galo y la llegada del vasco Unai Emery no han surtido el efecto esperado por los mandatarios del club de la capital, que cayó de forma sonada ante el Barcelona en Liga de Campeones y, contra todo pronóstico, ha dejado escapar también la máxima competición nacional, algo inesperado si observamos la enjundia de los futbolistas que esta temporada se han añadido al proyecto parisino. Nadie contaba, eso sí, con la desmedida explosión de talento producida en el Principado, que tan bien ha sabido dirigir Leonardo Jardim.
Un homenaje al ataque en la zona noble
El partido más atractivo de la jornada se disputó en el Stade des Lumières de Lyon. El conjunto local, que poco más de una semana antes había consumado su eliminación europea frente al Ajax, recibía al cuadro revelación del campeonato, el Niza. Se enfrentaban, pues, el tercer y el cuarto clasificado, ya sin nada en juego y con mucha pólvora ofensiva en ambos frentes.
El empate a tres final refleja la situación en la que ambos entes afrontaron el duelo. El Lyon quiso agradar a su parroquia mostrando el mayor de los tesoros a disposición del club: su inagotable talento joven en el flanco ofensivo. Alexandre Lacazette, en el que ha podido ser su último encuentro en el equipo que le ha encumbrado, anotó un doblete que fue replicado por un fantástico Anastasios Donis, amén de un gol postrero de Jean Michael Seri. El futbolista marfileño cerró así la mejor temporada de su carrera, en la que ha liderado al cuadro de Lucien Favre desde la medular en el año del retorno de los de la Costa Azul a la Liga de Campeones.
El Marsella saca el billete a Europa
El cuadro de Rudi Garcia certificó de forma definitiva la quinta plaza, que debido a la victoria del PSG en la Copa de la Liga, da acceso directo a la Europa League. Los sureños consiguen, pues, regresar a las competiciones continentales tras un gran final de temporada -no pierden desde febrero- que ha sido clausurado con una victoria por la mínima ante un Bastia que consumó su descenso como último clasificado. Un tanto de Gomis a falta de un cuarto de hora acabó con las esperanzas de los isleños y colmó las expectativas del Vèlodrome.
El Girondins de Burdeos, que tenía de ganar a domicilio y mirar hacia Marsella, no pudo pasar del empate frente a un Lorient que tendrá que conformarse con disputar la promoción de descenso a Ligue 2. El empate a uno, con tantos de Sankhare y Le Goff, deja a los de Gouvernnec pendientes de la final de la Coupe de France, pues una victoria del PSG frente al Angers les otorgaría una plaza en la Europa League.
Lágrimas en Bastia y Nancy
Se llegaba a la última jornada de liga con las espadas en todo lo alto, en lo referente al duelo por no descender. Cinco equipos se disputaban las últimas posiciones de la tabla, con las plazas de descenso directo y de promoción todavía por adjudicar.
El Caen partía como el cuadro mejor colocado, si bien tenía que asumir una visita de máxima dificultad en París. Un tanto de Rodelin en el tiempo de descuento de la segunda mitad colocó un empate que sacaba a los normandos de la zona de promoción, metiendo en ella a un Lorient que llegó a estar descendido y se quedó a un gol de la salvación, al verse perjudicado por el tranquilo empate que el Dijon pudo cosechar ante el Toulouse.
Pese a lo duro que se antoja el tener que disputar una promoción de descenso, el empate de los hombres de Casoni sirvió para evitar la caída directa a Ligue 2 en beneficio del Nancy, que fue el único de los contendientes que ganó su partido. Pese a arrancar como colistas, el cuadro de Lorena estuvo salvado durante gran parte de la jornada, si bien el gol de Le Goff hace que los de Correa acompañen al Bastia en segunda división tras el verano. Los corsos se habrían salvado de haber sumado los tres puntos en el Vèlodrome, pero la tardía victoria local consumó un descenso que representa el mayor de los castigos hacia una deficiente segunda parte de curso.