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Los de Ventura cogen un billete para la repesca

Un espectacular Isco sentenció ya en la primera parte, con un doblete, el encuentro que da casi por cerrada la clasificación directa para el próximo campeonato del mundo a la selección española. Morata redondeaba el resultado con un muy buen contragolpe, ya en la segunda mitad. Una pobre Italia, que además estuvo desacertada de cara a puerta, tendrá que jugarse el todo por el todo en el playoff si quiere estar el próximo verano en Rusia, país donde se disputará el Mundial.

Los de Ventura cogen un billete para la repesca
Foto: Daniel Nieto- Vavel
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Por Manuel Musmeci

España e Italia se veían las caras en el templo madridista, y lejos de ser un encuentro trámite de los que estamos acostumbrados a presenciar en las fechas FIFA, éste enfrentaba a dos grandes selecciones, perfectamente sabedoras que solo una de ellas podía estar en la próxima Copa del Mundo de manera directa, sin tener que afrontar la siempre incómoda e imprevisible repesca.

El empate, gracias a la diferencia de goles le valía a Espña y Ventura decidió apostar por un 4-2-4 bastante ofensivo para buscar la victoria. Por su parte, el seleccionador español, Lopetegui, sorprendía al no alinear a ningún delantero en su once inicial. Volvía a España ese falso nueve que tantas alegrías ha dado a los españoles, y encarnado en la noche del sábado en Silva, Asensio e incluso Isco en según que momento.

La magia de Isco

Comenzó el partido y como era de esperar, España manejaba el balón e Italia esperaba ordenada para cuando recuperase el balón intentar llegar a la portería rival en pocos toques. La 'Roja', muy metida en el partido desde el principio, incluso Piqué, que tuvo que aislarse de los pitos que sufrió por parte de los aficionados siempre que entraba en contacto con el balón, comenzó a pelotear cerca del área italiana, propiciándose dos faltas muy peligrosas de cara a la portería de Gianluigi Buffón (170 partidos con la 'azzurra'). Primero fue Sergio Ramos el que hizo gritar 'huyyy' al Bernabéu y posteriormente Isco, quien con un lanzamiento muy parecido, si hizo saltar a todos los españoles poniendo el 1-0 en el marcador. A partir de ahí, el recital del malagueño fue de esos que se recordarán a lo largo de los años. Italia no parecía volverse loca y su planteamiento no cambió.

Con Verratti (uno de los peores del encuentro) y De Rossi muy bien tapados por la presión española, toda la reacción italiana de la primera mitad se produjo por el flanco derecho. Darmián y Candreva se asociaban continuamente hasta buscar centros al área que con ansia estaban esperando los dos delanteros centros alineados por Ventura, Belotti e Immobbile. Precisamente en una de estas jugadas pudo llegar el empate italiano, pero el cabezazo a bocajarro del atacante del Torino salió excesivamente centrado y permitió a De Gea realizar una gran intervención.

Parecía reaccionar la selección italiana, asentándose más en el campo y manteniendo posesiones más largas, pero de nuevo un zarpazo del sin duda mejor jugador del partido, Isco Alarcón, hundía definitivamente a Italia, que veía que necesitaba anotar tres tantos ante toda una selección española que cada vez que se acercaba a las inmediaciones del portero italiano, lo hacía para ampliar el marcador. Hasta ese momento, dos tiros dos goles para los futbolistas dirigidos por Lopetegui.

Poca reacción italiana

Se reanudaba el partido sin cambios por parte de ninguno de los dos entrenadores y con España dejando algo más la iniciativa a Italia para buscar rematarla en un contragolpe. Así llegó el tercer y último tanto, obra de Morata, que había salido al terreno de juego pocos minutos antes, y tras una gran asistencia de Sergio Ramos, que ya se permitía el lujo de subir el mismo a rematar la faena. Antes de todo eso, Italia por medio de Insigne, muy al principio del segundo tiempo había tenido una clara ocasión para meterse en el partido, pero otra vez De Gea, perfecto cuando se le requirió, impidió el gol italiano con una excelente intervención en un tiro raso del delantero del Napoli desde la frontal del área.

Pasaban los minutos y se le acababa el tiempo a Italia, que además veía como no era capaz de poner en verdaderos apuros a la selección española. Ventura introducía piernas frescas en la parte de arriba introduciendo a Bernardeschi y Eder en lugar de Candreva y Belotti (quizás hubiera necesitado algún cambio en la medular de su equipo); pero lejos de mejorar a su equipo, los italianos fueron cada vez a menos, fruto del cansancio también. Si ya había pocas esperanzas para Buffón y compañía, el gol de Morata, que había entrado sustituyendo a un ovacionado Iniesta (una vez más), hizo que ambos equipos, por distintos motivos evidentemente, quisieran que el árbitro pitara cuanto antes el final del encuentro. Hubo tiempo para una parada más de De Gea, que cada vez deja menos dudas, si alguna vez las dejó, que España tiene portero para muchos años y de grandiosas garantías. Era el minuto 91 y Verratti lograba conectar por primera vez de manera acertada con sus delanteros y entonces el portero del Manchester United, cubriendo bien la portería, no dejó prácticamente hueco para que el balón le superase.

Todavía quedó tiempo para que el Bernabéu  pidiera a Lopetegui que introdujese a David Villa y el técnico concedió el deseo a los aficionados, que tras un gran partido de su selección y viendo de nuevo al asturiano en el terreno de juego, se volvieron a ver por un momento en los años gloriosos de la selección española. Años, que con el equipo que España tiene, pueden volver muy pronto. Italia por su parte, a menos de una debacle española en los próximos partidos de clasificación, tendrá que buscar la clasificación para el Mundial de Rusia de 2018 (no falta a una cita desde 1958) a través de la repesca.