Eusebio Di Francesco compartía ayer en rueda de prensa su visión de la derrota de la Roma en la ida de los cuartos de final de la Champions League, disputada en el Camp Nou.
Si bien destacaba la gran actitud y voluntad mostrada por su equipo a lo largo del encuentro: “En lo que respecta a personalidad y voluntad no puede reprochar nada a los suyos”, añadía que, en otros aspectos, la Roma había cometido una serie de errores que propiciaron la abultada victoria blaugrana: “Hemos concedido dos goles en propia puerta y hemos ofrecido un balón a Suárez invitándolo a tirar”.
Con estas palabras, Di Francesco asumía la responsabilidad de los errores del equipo en el resultado final, indicando que no pueden cargar la responsabilidad de la derrota sobre otros.
No obstante, el técnico del conjunto romano también mostró su desencanto con la actuación arbitral: “El Barcelona es demasiado bueno, no necesita ayudas arbitrales como la de esta noche”. Con estas declaraciones el técnico romano mostraba su profundo desacuerdo con una serie de decisiones arbitrales, que, según su opinión, no ayudaron en nada a su equipo.
Una serie de errores puntuales e infortunios que marcaron el devenir del partido
A pesar de ello, Di Francesco recalcó que no pueden cargar la responsabilidad del resultado en la actuación arbitral, si no que son ellos los que, a través de errores puntuales, concedieron al Barcelona una serie de oportunidades que desembocaron en, según palabras del técnico italiano, un resultado injusto, demasiado abultado para lo que se ha visto en el campo.
Di Francesco lamentó en especial el último gol, que puso la puntilla al partido y, quizás, a la eliminatoria, y no ocultó su frustración por el resultado final: “Un resultado exagerado tras lo hecho por el equipo”.
De cara al partido de vuelta, Di Francesco no descarta la machada: “Nunca hay que decir nunca. Queremos hacer un buen papel delante de nuestros aficionados”, palabras con las que el técnico de la Roma alentaba a los suyos a mantener la esperanza, prometiendo que no van a bajar los brazos y que intentarán mantener vivo el sueño de la clasificación.