Dicen que los buenos siempre acaban volviendo. En este caso, lo primero no se sabe a ciencia cierta si lo es, pero lo que está claro es que Mario Balotelli ha vuelto. Sí, algo que parecía prácticamente imposible hace apenas unos años, ha terminado por cumplirse. La llegada de Roberto Mancini a los mandos de un barco hundido como es el de la Nazionale, la cual se perderá el Mundial de Rusia 2018 después del fracaso de Giampiero Ventura, ha propiciado numerosos cambios. Para empezar, se vuelven a ver dos personalidades bien distintas y, como no, bastante chocantes cuando se juntan. No saltan chispas, si no fuegos artificiales cada vez que uno y otro cruzan sus miradas.
En la que ha sido en la primera lista del técnico de Iesi, han sido varias las caras nuevas las que han llegado. Una de ellas, y, quizás, la más esperada, fue la llamada de 'Super Mario'. Se podría decir que ambos han formado un cóctel explosivo. Primero en Inter, y después en Manchester City, donde se lo llevó precisamente el entrenador tras convertirse en uno de sus deseos. Paradójicamente, protagonizaron varios episodios de tensión entre ambos. Por ejemplo, cuando a Balotelli se le ocurrió hacer una virguería en un mano a mano durante un amistoso y, tras fallarlo lógicamente, fue sustituido inmediatamente por Mancini. O cuando llegaron a las manos durante un entrenamiento. Una relación de amor-odio pero que, no obstante, termina siempre con final feliz.
Niza como punto de inflexión
Esta temporada ha llegado con el OGC Nice a su mejor marca goleadora de su carrera: 18 goles en Ligue 1
Este final, a la vez inicio, es el que protagonizan de nuevo estos dos protagonistas. Vuelven a juntarse años después. Uno tras fracasar en el Zenit, y a pesar de invertir ingentes cantidades de dinero. El otro, todo lo contrario. Balotelli ha firmado su mejor temporada con el Niza. Tras un primer año de adaptación en el que, sin embargo, llegó a los 17 goles, incluso luchando por el título durante algunas jornadas. Pero en su segunda campaña con Les Aiglons, no solo ha superado ese registro, sino que lo ha reventado por completo: 26 dianas entre todas las competiciones (18 en Ligue 1). Una auténtica barbaridad para un futbolista que parecía abocado al ostracismo tras haber pasado dos años vagando por Liverpool y de regreso al Milan sin gran éxito.
De ese modo, recuperada la cabeza y el nivel futbolístico, Balotelli ha dado otro paso más en su carrera. Aquella que ya brillaba cuando seis años atrás maravilló a Europa con la inmaculada Eurocopa de 2012 que realizó. Volverá a vestir los colores de la Azzurra, su país. Y es que, quizás, es él mismo quien puede tener la cura del gol para la selección. Un lastre que les terminó apeando de la cita mundialista de este mismo verano. Ni Belotti ni Immobile, pese a sus engordados números con sus clubes, han terminado de acoplarse a Italia. Por tanto, hay optimismo con el de Palermo. No es para menos. Ostenta registros más que positivos cuando se enfunda la zamarra azzurra: 33 partidos y 13 goles.
Atrás quedan ya los anteriormente mentados problemas extradeportivos, tanto con entrenadores, compañeros, mujeres, altercados... Un largo etcétera de ejemplos que parecían que terminarían con la carrera de Balotelli. Tenía todas las papeletas para acabar ahogando un brillante futuro por la pérdida de la cordura. A pesar de todos estos inconvenientes, muchos de ellos propiciados por él mismo, ha terminado volviendo. Ha salido de esa lado oscuro que le estaba engulliendo. Ha vuelto 'Super Mario' Balotelli. Y es que los superhéroes nunca fallan a su cita.